18/01/2019, 04:01
Nadie se opuso a la petición extra de Komachi, y los cuatro partieron de Kusagakure rumbo al sur. El primero en hablar fue Kazuma. No parecía preocupado por la misión de búsqueda, y sugería dividirse las tareas. Ranko asintió detrás de todos.
—¡S-sí! C-creo que Inuzuka-san podría… ahm… podría alcanzar las más difíciles… Son las que están… uhm… más lejos. Su olfato es excelente. ¿No? —Se sorprendió de lo fácil (bueno, fácil no, menos difícil) que era hablar con Etsu y Kazuma, pues su previa interacción con ambos le había dado ya cierta confianza. Aunque casi no lograba hilar una oración completa sin dudar o titubear —. S-si Inuzuka-san-tachi están de acuerdo… Sólo si les… ahm… parece bien… Ellos podrían ir por las taidoka, mientras… ahm… mientras Hanamura-san y y-yo vamos a por las que están más cerca.
Por un lado, le daba pena quedarse solo en compañía de Kazuma, por otro, era una persona menos con quien interactuar. Ya sabía que Etsu era un shinobi más fuerte que ella, y confiaba en que le costaría mucho menos seguirle el rastro a la flor. El chico de las rastas aceptó alegremente, tomó tanto la bolsa para guardar la taidonka como el pañuelito con la muestra, y se apresuró a acelerar el paso junto con su hermano casi gemelo, alejandose y desapareciendo entre los árboles a lo poco.
Ranko se dirigió al peliblanco entonces.
—Hanamu… Ka-Kazuma-san —Se corrigió, pues recordó que el chico le había pedido que le llamara de manera menos formal —. ¿Hacia… Hacia dónde de-deberíamos…? ¿Por dónde…? ¿Cu-cuál es el rumbo que deberíamos…. Seguir?
La kunoichi sentía que podía seguirle el ritmo al otro genin, al menos por el momento, y estaba lista para emprender carrera si era necesario.
—¡S-sí! C-creo que Inuzuka-san podría… ahm… podría alcanzar las más difíciles… Son las que están… uhm… más lejos. Su olfato es excelente. ¿No? —Se sorprendió de lo fácil (bueno, fácil no, menos difícil) que era hablar con Etsu y Kazuma, pues su previa interacción con ambos le había dado ya cierta confianza. Aunque casi no lograba hilar una oración completa sin dudar o titubear —. S-si Inuzuka-san-tachi están de acuerdo… Sólo si les… ahm… parece bien… Ellos podrían ir por las taidoka, mientras… ahm… mientras Hanamura-san y y-yo vamos a por las que están más cerca.
Por un lado, le daba pena quedarse solo en compañía de Kazuma, por otro, era una persona menos con quien interactuar. Ya sabía que Etsu era un shinobi más fuerte que ella, y confiaba en que le costaría mucho menos seguirle el rastro a la flor. El chico de las rastas aceptó alegremente, tomó tanto la bolsa para guardar la taidonka como el pañuelito con la muestra, y se apresuró a acelerar el paso junto con su hermano casi gemelo, alejandose y desapareciendo entre los árboles a lo poco.
Ranko se dirigió al peliblanco entonces.
—Hanamu… Ka-Kazuma-san —Se corrigió, pues recordó que el chico le había pedido que le llamara de manera menos formal —. ¿Hacia… Hacia dónde de-deberíamos…? ¿Por dónde…? ¿Cu-cuál es el rumbo que deberíamos…. Seguir?
La kunoichi sentía que podía seguirle el ritmo al otro genin, al menos por el momento, y estaba lista para emprender carrera si era necesario.
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