20/01/2019, 21:55
Lady Tākoizu se volteó, férrea, y miró a Gūzen.
—Más bien el corazón —comentó—. fueron cinco los Herreros que firmaron los tratados que crearon al Estandarte. Hay cinco Templos en todo Onindo, uno por cada País. Las cinco forjas llevan ardiendo desde entonces —Posó su mano sobre el hombro del aspirante y le llevó, cuál cordero, a través del salón oval—. Yo veo una responsabilidad. Una que cargo yo sola sobre mis hombros sin esperar nada a cambio. Y no puedo esperar menos de quienes vienen aquí, pidiendo vivir esta vida. Necesito saber que estas dispuesto.
—Más bien el corazón —comentó—. fueron cinco los Herreros que firmaron los tratados que crearon al Estandarte. Hay cinco Templos en todo Onindo, uno por cada País. Las cinco forjas llevan ardiendo desde entonces —Posó su mano sobre el hombro del aspirante y le llevó, cuál cordero, a través del salón oval—. Yo veo una responsabilidad. Una que cargo yo sola sobre mis hombros sin esperar nada a cambio. Y no puedo esperar menos de quienes vienen aquí, pidiendo vivir esta vida. Necesito saber que estas dispuesto.