29/01/2019, 02:12
Supo antes de que la propia Nahana lo confirmase que aquella era su hija. Eran clavadas, más allá de la diferencia de edad existente, como si simplemente fuese una versión más joven.
Aguardó, con el corazón en un puño, a que evaluasen su arma. Horas de sudor y sacrificio reducidas a un simple lanzamiento contra la madera. Fue desolador, pero por suerte, aguantó. «¡Y claro que aguantó! ¡Tengo la Marca del Hierro por algo, después de todo!»
No obstante, la hija quería saber el proceso de fabricación.
—Pues, primero sopesé el arma a replicar e intenté captar su esencia. —No iba a detenerse en aquello, pues Nahana ya le había demostrado que no le gustaban los filósofos—. Luego busqué una madera para el mango con una forma y contextura lo más parecida posible. Así también hice con el hierro seleccionado, pillando uno de esos que ya vienen con formas y escogiendo el perfil que más me convenía. Luego lo llevé a la fragua con las pinzas y después empecé a darle forma en el yunque. Más adelante tuvo que darle profundidad al borde con una lima y agudizar el filo con una piedra de afilar. Ya de último, tomé una de esas varillas —bueno, cuatro en realidad—, y las estampé con la ayuda de un martillo en la cabeza del hierro para abrir un agujero e introducir el mango.
»Como el agujero no me salió del todo homogéneo, lo que iba a dañar la madera tras un poco de uso, lijé el interior para eliminar los poros e imperfecciones antes de encajarlo en el mango.
»Creo que mi mayor error fue precisamente hacer el agujero de esta forma. Si pudiese volver atrás, lo que haría sería… —dudó—, sería colocar una de estas varillas en la cabeza del hierro, antes de darle forma. Entonces, a medida que fuese doblándolo, el hierro se iría ajustando a la varilla, sin necesidad de tener que perforarlo luego y quedando un trabajo mucho más… limpio.
Aguardó, con el corazón en un puño, a que evaluasen su arma. Horas de sudor y sacrificio reducidas a un simple lanzamiento contra la madera. Fue desolador, pero por suerte, aguantó. «¡Y claro que aguantó! ¡Tengo la Marca del Hierro por algo, después de todo!»
No obstante, la hija quería saber el proceso de fabricación.
—Pues, primero sopesé el arma a replicar e intenté captar su esencia. —No iba a detenerse en aquello, pues Nahana ya le había demostrado que no le gustaban los filósofos—. Luego busqué una madera para el mango con una forma y contextura lo más parecida posible. Así también hice con el hierro seleccionado, pillando uno de esos que ya vienen con formas y escogiendo el perfil que más me convenía. Luego lo llevé a la fragua con las pinzas y después empecé a darle forma en el yunque. Más adelante tuvo que darle profundidad al borde con una lima y agudizar el filo con una piedra de afilar. Ya de último, tomé una de esas varillas —bueno, cuatro en realidad—, y las estampé con la ayuda de un martillo en la cabeza del hierro para abrir un agujero e introducir el mango.
»Como el agujero no me salió del todo homogéneo, lo que iba a dañar la madera tras un poco de uso, lijé el interior para eliminar los poros e imperfecciones antes de encajarlo en el mango.
»Creo que mi mayor error fue precisamente hacer el agujero de esta forma. Si pudiese volver atrás, lo que haría sería… —dudó—, sería colocar una de estas varillas en la cabeza del hierro, antes de darle forma. Entonces, a medida que fuese doblándolo, el hierro se iría ajustando a la varilla, sin necesidad de tener que perforarlo luego y quedando un trabajo mucho más… limpio.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado