3/02/2019, 01:33
Antes de que Kitana pudiera responder, Urami intervino.
—¿Me lleváis con vosotros, por favor?
Nadie contestó, sin embargo. Al menos no de inmediato.
Tras un largo minuto en en el que lo único que se escuchó fue el arrastre de los cubiertos de algún plato, el masticar de la carne y de la garganta de Kitana contrayéndose por la cerveza que satisfacía su sed, la descendiente de Lord Yunkai habló, con un pedazo de muslo entre los dientes.
—¿Te vas a comportar? ¿no harás un berrinche cuando haya que volver? —Urami asintió con la cabeza—. entonces puedes ir. No te separes de tu hermana en ningún momento, ¿está? —miró a Guzen—. ¿la cuidarás?
Y al preguntar aquello, sonrió. Lo hizo porque era una mujer atenta. Porque les había visto coqueteando en algunas ocasiones. Pues dígase algo de Urami, era un manjar delicioso al que Datsue hubiese querido probar en más de una ocasión. Pero era un hombre fuerte, de principios, convencido de que su amor por alguien debía permanecer intacto en caso de que los Dioses fueran lo suficientemente misericordiosos como para devolvérsela.
En ese entonces no lo sabía, pero los Dioses sí. Ame no kami, sobre todos los demás. La fidelidad de Uchiha Datsue sería recompensada.
—¿Me lleváis con vosotros, por favor?
Nadie contestó, sin embargo. Al menos no de inmediato.
Tras un largo minuto en en el que lo único que se escuchó fue el arrastre de los cubiertos de algún plato, el masticar de la carne y de la garganta de Kitana contrayéndose por la cerveza que satisfacía su sed, la descendiente de Lord Yunkai habló, con un pedazo de muslo entre los dientes.
—¿Te vas a comportar? ¿no harás un berrinche cuando haya que volver? —Urami asintió con la cabeza—. entonces puedes ir. No te separes de tu hermana en ningún momento, ¿está? —miró a Guzen—. ¿la cuidarás?
Y al preguntar aquello, sonrió. Lo hizo porque era una mujer atenta. Porque les había visto coqueteando en algunas ocasiones. Pues dígase algo de Urami, era un manjar delicioso al que Datsue hubiese querido probar en más de una ocasión. Pero era un hombre fuerte, de principios, convencido de que su amor por alguien debía permanecer intacto en caso de que los Dioses fueran lo suficientemente misericordiosos como para devolvérsela.
En ese entonces no lo sabía, pero los Dioses sí. Ame no kami, sobre todos los demás. La fidelidad de Uchiha Datsue sería recompensada.