4/02/2019, 20:19
Kitana empezó a ver hacia todos lados. A pesar de estar en un cubículo VIP, privado, no se fiaba.
Tampoco acaba de decidirse de si confiaba en ellos. En Guzen, porque no tenía el mes que llevaba conociéndole. Aunque era una sensación algo contraproducente, porque a pesar del corto tiempo que habían podido compartir de tú a tú, el aprendiz de su madre se había mostrado a sí mismo como un muchacho responsable. ¿Era suficiente?
Ah, y de Urami qué decir. Se confiaba más en una cabra de la montaña que en ella. Y eso que la sangre de los Tākoizu corría por sus venas.
—Dime, Guzen. ¿Acaso sabes algo de la situación política de éste País?
Tampoco acaba de decidirse de si confiaba en ellos. En Guzen, porque no tenía el mes que llevaba conociéndole. Aunque era una sensación algo contraproducente, porque a pesar del corto tiempo que habían podido compartir de tú a tú, el aprendiz de su madre se había mostrado a sí mismo como un muchacho responsable. ¿Era suficiente?
Ah, y de Urami qué decir. Se confiaba más en una cabra de la montaña que en ella. Y eso que la sangre de los Tākoizu corría por sus venas.
—Dime, Guzen. ¿Acaso sabes algo de la situación política de éste País?