4/02/2019, 21:20
Kitana sonrió de oreja a oreja sorprendida por la perspicacia del aprendiz y se acercó al centro de la mesa en la que comían. Luego empezó a hablar tan bajito que tanto Urami como Gūzen tendrían que estirar el cogote, y parar el oído para escuchar sus misteriosos susurros.
—He ahí el quid de la cuestión, Gūzen-kun —volvió a mirar hacia la entrada del cubículo. Sin muros en la costa—. parece que Ivvatsumi fue desterrada por su padre, aunque nadie sabe exáctamente el por qué. Lo que si sabemos es que ella es la legítima sucesora del cargo y que... puede que quiera recuperar el trono pronto.
»Un emisario nos contactó hace tres estaciones hablando en su nombre. Y en nombre de su ejército.
Ejército. Encargo. Armas.
Todo iba cogiendo sentido. Todo se iba hilando.
—He ahí el quid de la cuestión, Gūzen-kun —volvió a mirar hacia la entrada del cubículo. Sin muros en la costa—. parece que Ivvatsumi fue desterrada por su padre, aunque nadie sabe exáctamente el por qué. Lo que si sabemos es que ella es la legítima sucesora del cargo y que... puede que quiera recuperar el trono pronto.
»Un emisario nos contactó hace tres estaciones hablando en su nombre. Y en nombre de su ejército.
Ejército. Encargo. Armas.
Todo iba cogiendo sentido. Todo se iba hilando.