Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Lo que vino luego fue una fiesta de negociación. El gordo comió junto con el resto, y ya para la mitad de la velada, con algún trago encima, empezaron a conversar las cláusulas del trato. Shoberu se dejó querer, y qué coño, Kitana también. Urami y Gūzen eran simplemente dos espectadores de un tira y afloja digno del programa televisivo en el que tratas de vender tu idea a cinco magnates. Tanque de Tiburones. En algún momento entraron en una constante que no parecía llegar a nada. Kitana no estaba de acuerdo con los plazos de pago que no se adaptaban a la equidad del acuerdo. Además, Shoberu quería hacer entre inmediata de todo el cargamento y recibir el cien por ciento de su valor, cuando los planes de las Tākoizu era recibir y pagar a plazos.

Pero ambos fueron cediendo de a poco. Haciendo concesiones equitativas, a cada cuál, necesarias para un cierre efectivo.

Daban casi las doce cuando finalmente se dieron el último estrechón de manos. Urami se había ido a dormir temprano, así que sólo quedaban ellos tres.

—Joder, pues qué placer, Kitana-shaan. Brindemos. ¡Salud!
Responder


Mensajes en este tema
RE: (B) La penumbra de Lady Tākoizu - por Umikiba Kaido - 5/02/2019, 00:14


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.