5/02/2019, 21:33
«¿Kaikei?» Su cerebro buscó entre su memoria aquel nombre, pero no lo encontró. «¿Cómo? ¿¡Ya están junto al templo!?» No, Datsue no tenía todo el tiempo del mundo para pensarse cómo actuar. Datsue ya llegaba tarde. A dos sitios.
—Habrá que matarla creo yo. No nos van a consentir dejar a estas traidoras vivas.
Si Datsue había estado esperando un último empujón que le obligase a reaccionar, desde luego, era ese. Deshizo su técnica de invisibilidad —retirándose brevemente de la vista de la ventana—, extrajo un ninjato de la palma de su mano, que, todavía envainado, sujetó haciendo fuerza con el brazo contra el costado. Con ambas manos libres, formó el sello de clonación, creando la nada desdeñable cifra de cuatro Kage Bunshins. Uno de ellos se fue a la entrada y quedó esperando tras la puerta, a un lado. Otro de ellos, saltó sobre la ventana en una patada voladora, rompiendo la cristalera y cayendo en picado. Al mismo tiempo, una esfera de papel cayó a su lado.
Los Datsues cerraron los ojos…
¡FLASH!
Un destello cegador inundó la estancia. Tres sombras más aterrizaron sobre el suelo. Tres Kages Bunshins desenvainaron sus ninjatos, y, aprovechando el momento de sorpresa, atravesaron con sus filos el pecho de los cuatro desgraciados que más cerca les pillase. Datsue, el real, saltó hacia Urami, interponiéndose entre ella y Furune y desenvainando también su espada, apuntándola hacia el gaznate de aquel desgraciado.
Tampoco perdió de vista a Shoberu.
—¡Tsch! ¡Tsch! ¡Tsch! ¡No eres tú el que decide quién muere!
Si todo había salido como lo planeado, a sus clones le quedarían por matar a cuatro guerreros. «¡Mierda! Gasté demasiado chakra...»
—Habrá que matarla creo yo. No nos van a consentir dejar a estas traidoras vivas.
Si Datsue había estado esperando un último empujón que le obligase a reaccionar, desde luego, era ese. Deshizo su técnica de invisibilidad —retirándose brevemente de la vista de la ventana—, extrajo un ninjato de la palma de su mano, que, todavía envainado, sujetó haciendo fuerza con el brazo contra el costado. Con ambas manos libres, formó el sello de clonación, creando la nada desdeñable cifra de cuatro Kage Bunshins. Uno de ellos se fue a la entrada y quedó esperando tras la puerta, a un lado. Otro de ellos, saltó sobre la ventana en una patada voladora, rompiendo la cristalera y cayendo en picado. Al mismo tiempo, una esfera de papel cayó a su lado.
Los Datsues cerraron los ojos…
¡FLASH!
Un destello cegador inundó la estancia. Tres sombras más aterrizaron sobre el suelo. Tres Kages Bunshins desenvainaron sus ninjatos, y, aprovechando el momento de sorpresa, atravesaron con sus filos el pecho de los cuatro desgraciados que más cerca les pillase. Datsue, el real, saltó hacia Urami, interponiéndose entre ella y Furune y desenvainando también su espada, apuntándola hacia el gaznate de aquel desgraciado.
Tampoco perdió de vista a Shoberu.
—¡Tsch! ¡Tsch! ¡Tsch! ¡No eres tú el que decide quién muere!
Si todo había salido como lo planeado, a sus clones le quedarían por matar a cuatro guerreros. «¡Mierda! Gasté demasiado chakra...»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado