10/02/2019, 18:49
Si Datsue creía que Urami realizaría una ejecución rápida y limpia, no podía estar más equivocado. Fue algo sucio, con saña, cruel. Fueron tajos y más tajos, lo suficientemente profundos como para arrancarle quejidos de dolor, y lo bastante medidos para no matarle de una. Al final, terminó por ahogarse en su propia sangre, mientras su cuerpo se sacudía de forma violenta en busca de un oxígeno que jamás llenaría sus pulmones.
El Uchiha posó una mano en el hombro de ella, y le dio un apretón cariñoso. Quería transmitirle que allí estaba él, que no estaba sola, que todo saldría bien. No supo si lo consiguió.
Luego, extendió una mano, esperando a que le devolviese el ninjatō, y desactivó su Sharingan. Era hora de empezar a ahorrar energías. Y de moverse. Todavía no sabía a qué andaba su clon, pero no podía seguir esperando.
—Urami-chan… ¿Sabrás llevarme al camino que lleva al templo de tu madre? Evitando volver a los galpones y a la ciudad, claro. Tenemos que empezar a movernos si quiero llegar a tiempo…
El clon se detuvo, receloso de continuar la marcha, al ver a dos guardias despistados. Sentía que no había tiempo que perder, y que, al mismo tiempo, cada gasto de chakra iba a jugar en su contra en un futuro próximo. Había malgastado mucha energía, y ahora lo estaba pagando.
Tenía que ser conservador.
—Kitana, sé que te va a costar digerir esto. Escucha en silencio: soy un ninja contratado por un muy buen amigo tuyo para protegerte a ti, tu hermana y a tu madre. No sé por qué tu madre odia a los de mi gremio para tener que hacerme pasar por un herrero, pero sea lo que sea, creo que no me equivoco cuando digo que podrá pasar por alto esto a cambio de salvarle la vida, ¿eh?
»¿Te recuperaste del shock? Bien, pues ahora, con mis poderes de ninja, voy a transformarme a mí y a ti en dos perros. Muy loco, ¿verdad? Pues sí, es posible. Tú te quedarás a mi izquierda e intentarás actuar como un perro mientras pasamos delante de esos dos guardias, ¿de acuerdo? Importante: caminar a cuatro patas. El resto acompañará solo. Pasaremos hasta la parte trasera de ese galpón, donde no puedan vernos, y reanudaremos la marcha.
»¿Podrás hacerlo?
El Uchiha posó una mano en el hombro de ella, y le dio un apretón cariñoso. Quería transmitirle que allí estaba él, que no estaba sola, que todo saldría bien. No supo si lo consiguió.
Luego, extendió una mano, esperando a que le devolviese el ninjatō, y desactivó su Sharingan. Era hora de empezar a ahorrar energías. Y de moverse. Todavía no sabía a qué andaba su clon, pero no podía seguir esperando.
—Urami-chan… ¿Sabrás llevarme al camino que lleva al templo de tu madre? Evitando volver a los galpones y a la ciudad, claro. Tenemos que empezar a movernos si quiero llegar a tiempo…
• • •
El clon se detuvo, receloso de continuar la marcha, al ver a dos guardias despistados. Sentía que no había tiempo que perder, y que, al mismo tiempo, cada gasto de chakra iba a jugar en su contra en un futuro próximo. Había malgastado mucha energía, y ahora lo estaba pagando.
Tenía que ser conservador.
—Kitana, sé que te va a costar digerir esto. Escucha en silencio: soy un ninja contratado por un muy buen amigo tuyo para protegerte a ti, tu hermana y a tu madre. No sé por qué tu madre odia a los de mi gremio para tener que hacerme pasar por un herrero, pero sea lo que sea, creo que no me equivoco cuando digo que podrá pasar por alto esto a cambio de salvarle la vida, ¿eh?
»¿Te recuperaste del shock? Bien, pues ahora, con mis poderes de ninja, voy a transformarme a mí y a ti en dos perros. Muy loco, ¿verdad? Pues sí, es posible. Tú te quedarás a mi izquierda e intentarás actuar como un perro mientras pasamos delante de esos dos guardias, ¿de acuerdo? Importante: caminar a cuatro patas. El resto acompañará solo. Pasaremos hasta la parte trasera de ese galpón, donde no puedan vernos, y reanudaremos la marcha.
»¿Podrás hacerlo?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado