10/02/2019, 20:58
Oh, tenía muchas. Pero la más importante de todas:
—¿Quién eres, Gū...? —soltó, mientras cruzaban el primer puente.
Pronto se darían cuenta de que los vientos nocturnos lo hacían moverse como una pluma. Los tablones de madera sonaban con cada pisada y qué decir de las sogas que se sostenían entre cada extremo.
Pasados los cinco minutos, ¡puff! Kitana volvió a su forma original.
Para entonces, ella y el nuevo clon se encontraban cerca del punto inicial del que partieron Urami y Datsue el original. Unos quince minutos de caminata continua más o menos.
—¿Quién te contrató para "cuidarnos"? —soltó, de pronto. En su forma de perro había tenido tiempo para esclarecer su mente y pensar muchísimas cosas—. ¿y sabíais que tenían que protegernos de algo, no es cierto? ¡por qué no lo informaron! ¡Podríamos habernos preparado!
Preguntas legítimas.
—¿Quién eres, Gū...? —soltó, mientras cruzaban el primer puente.
Pronto se darían cuenta de que los vientos nocturnos lo hacían moverse como una pluma. Los tablones de madera sonaban con cada pisada y qué decir de las sogas que se sostenían entre cada extremo.
. . .
Pasados los cinco minutos, ¡puff! Kitana volvió a su forma original.
Para entonces, ella y el nuevo clon se encontraban cerca del punto inicial del que partieron Urami y Datsue el original. Unos quince minutos de caminata continua más o menos.
—¿Quién te contrató para "cuidarnos"? —soltó, de pronto. En su forma de perro había tenido tiempo para esclarecer su mente y pensar muchísimas cosas—. ¿y sabíais que tenían que protegernos de algo, no es cierto? ¡por qué no lo informaron! ¡Podríamos habernos preparado!
Preguntas legítimas.