12/02/2019, 04:28
Sin embargo, Datsue la iba a tener difícil. Desde la colina de la forja, sólo había una pendiente de tierra que llevaba cuesta abajo hasta las escaleras custodiadas por ese único hombre y que, finalmente, daba acceso a la plaza donde yacía la estatua de Lord Yunkai. Para poder llegar hasta los muros sin pasar por encima de aquel esbirro bien parado, había una zanja de al menos treinta metros entre montaña y muro.
El Uchiha tenía dos opciones: O atacaba la escalera y acaba con aquel hombre en sigilo —lo más importante de aquella infiltración era no alarmar al resto con cada movimiento—. o tomar un segundo camino de tierra que rodeaba el Templo y que en la inmediata derecha, a unos cincuenta metros; se encontraba el puente principal donde reposaba aquel cartel de bienvenida que relataba 鉄寺Templo del Hierro. Ahí Datsue había visto a dos guardias un tanto distraídos desde una distancia prudente.
Sin embargo, habían muros que podría escalar. Tan sólo tenía que elegir cuál.
El Uchiha tenía dos opciones: O atacaba la escalera y acaba con aquel hombre en sigilo —lo más importante de aquella infiltración era no alarmar al resto con cada movimiento—. o tomar un segundo camino de tierra que rodeaba el Templo y que en la inmediata derecha, a unos cincuenta metros; se encontraba el puente principal donde reposaba aquel cartel de bienvenida que relataba 鉄寺Templo del Hierro. Ahí Datsue había visto a dos guardias un tanto distraídos desde una distancia prudente.
Sin embargo, habían muros que podría escalar. Tan sólo tenía que elegir cuál.