14/02/2019, 00:43
Tras detenerse y meditarlo por unos instantes, el Uchiha optó por el camino de la violencia.
Sí, quizá era demasiado pronto para hacerse notar. Quizá debería mantenerse en sigilo por cuanto más tiempo pudiese, pero Datsue había visto una oportunidad. La primera de ellas, quedarse con la cara y cuerpo de aquel tipo. Eso podía darle luego alas a un posible Henge, de verlo necesario. Y segundo, porque tenía la sensación de que, cuando más se fuese adentrando en el templo, más custodiado estaría. Allí solo había un guardia, aparentemente alejado del resto. Quizá fuese su mejor oportunidad para hacer una ejecución limpia e inadvertida, quedarse con su careto, y seguir avanzando.
Se besó el dedo anular, allí donde tenía tatuado un diamante, el de la buena suerte, y se encomendó a Izanami. Le dijo que él era su mejor vasallo. Le dijo que nunca tendría un aliado a su causa como él. La alabó; se vendió como el mejor postor; y, en definitiva, hizo lo que mejor se le daba hacer: persuadir.
Porque, oh, aquella noche iba a necesitarla a su lado. Guiando sus pasos entre la oscuridad, mientras bajaba por la colina intentando no ser visto. Diciéndole que se detuviese y echase al suelo. Aconsejándole que reptase como una serpiente para escapar de la vista de aquel desgraciado. Y susurrándole al oído cuando llegase el momento de hacer silbar su katana.
Sí, quizá era demasiado pronto para hacerse notar. Quizá debería mantenerse en sigilo por cuanto más tiempo pudiese, pero Datsue había visto una oportunidad. La primera de ellas, quedarse con la cara y cuerpo de aquel tipo. Eso podía darle luego alas a un posible Henge, de verlo necesario. Y segundo, porque tenía la sensación de que, cuando más se fuese adentrando en el templo, más custodiado estaría. Allí solo había un guardia, aparentemente alejado del resto. Quizá fuese su mejor oportunidad para hacer una ejecución limpia e inadvertida, quedarse con su careto, y seguir avanzando.
Se besó el dedo anular, allí donde tenía tatuado un diamante, el de la buena suerte, y se encomendó a Izanami. Le dijo que él era su mejor vasallo. Le dijo que nunca tendría un aliado a su causa como él. La alabó; se vendió como el mejor postor; y, en definitiva, hizo lo que mejor se le daba hacer: persuadir.
Porque, oh, aquella noche iba a necesitarla a su lado. Guiando sus pasos entre la oscuridad, mientras bajaba por la colina intentando no ser visto. Diciéndole que se detuviese y echase al suelo. Aconsejándole que reptase como una serpiente para escapar de la vista de aquel desgraciado. Y susurrándole al oído cuando llegase el momento de hacer silbar su katana.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado