15/02/2019, 21:51
«Jodida Yui…» Incluso cediendo a Aiko, no podía evitar meter mano en los recuerdos de ella. Lo podía llegar a entender, claro que sí. Después de todo, Aiko podía tener conocimientos sobre la Villa que la comprometiesen. Pero entenderlo no hacía que le irritase menos.
La amnesia, pues, ya era definitiva y él no podía hacer nada por evitarlo. De hecho, Hanabi ya había subministrado su propia medicina: una verdad a medias, la mejor mentira de todas. Que la echaban de menos, que Datsue y ella se habían conocido recientemente, e incluso que, antes de su desaparición, tenía pensado irse a vivir con él.
Datsue empezó a sentirse incómodo al prever el panorama. Mentir era lo que mejor se le daba hacer, y lo hacía sin ningún tipo de escrúpulos. Pero, ¿a Aiko? ¿Iba a basar su relación en mentiras? ¿Iba a mirarle a los ojos y reforzar aquel engaño? ¿Incluso cuando ella oliese que algo no iba bien? ¿Incluso cuando ella sintiese que algo no encajaba?
En aquel momento, supo dos cosas con absoluta certeza: que no le quedaba más remedio; y que, si algún día, por azares del destino, ella lo descubría todo, jamás se lo perdonaría.
—Demuéstrale al mundo que Uzushio es mejor que eso.
Datsue sonrió. Era una sonrisa… melancólica.
—El mundo ya lo sabe, Hanabi-sama —dijo, cargado de patriotismo. Ese que tanto le faltó cuando Yubiwa quiso camelarlo—. Pero haré lo posible por probarlo una vez más. Espero que los ninjas de Ame estén informados de esto, y no revienten la historia a Aiko al primer encuentro. Qué… ¿Qué se va a hacer con ella? ¿Va a ser una kunoichi de Uzu con todas las letras?
»¿Y el retrato? —se acordó de pronto—. ¿Tiene con ella el retrato? El retrato es muy importante, Hanabi-sama. —Hacía tiempo que Datsue había tejido la teoría de que aquel retrato era la causa de la inmortalidad de Aiko. De hecho, aunque eso su memoria casi siempre se encargaba de esconderlo en algún recóndito lugar de su mente, esa había sido la razón de que se hubiese unido a ella en el viaje al desierto del País del Viento. Para intentar descubrir cómo funcionaba y replicarlo en él.
No lo había conseguido, claro. Pero sí había reforzado su teoría. Primero, porque además del hecho de que cuadro y Aiko estaban unidos por un hilo de chakra, ella le había revelado de que lo llevaba consigo desde el principio. De hecho, le había contado que allí estaba sellada el alma de su padre, la cual vendió a un tal Blame para curar a su hija, siempre enferma por aquel entonces. Mágicamente, Aiko se había curado tras ello; y, mágicamente también, y siempre según sus palabras, aquella imagen era el estado base al que su cuerpo siempre regresaba ante cualquier cambio.
A partir de ahí, Datsue se había limitado a sumar dos y dos.
La amnesia, pues, ya era definitiva y él no podía hacer nada por evitarlo. De hecho, Hanabi ya había subministrado su propia medicina: una verdad a medias, la mejor mentira de todas. Que la echaban de menos, que Datsue y ella se habían conocido recientemente, e incluso que, antes de su desaparición, tenía pensado irse a vivir con él.
Datsue empezó a sentirse incómodo al prever el panorama. Mentir era lo que mejor se le daba hacer, y lo hacía sin ningún tipo de escrúpulos. Pero, ¿a Aiko? ¿Iba a basar su relación en mentiras? ¿Iba a mirarle a los ojos y reforzar aquel engaño? ¿Incluso cuando ella oliese que algo no iba bien? ¿Incluso cuando ella sintiese que algo no encajaba?
En aquel momento, supo dos cosas con absoluta certeza: que no le quedaba más remedio; y que, si algún día, por azares del destino, ella lo descubría todo, jamás se lo perdonaría.
—Demuéstrale al mundo que Uzushio es mejor que eso.
Datsue sonrió. Era una sonrisa… melancólica.
—El mundo ya lo sabe, Hanabi-sama —dijo, cargado de patriotismo. Ese que tanto le faltó cuando Yubiwa quiso camelarlo—. Pero haré lo posible por probarlo una vez más. Espero que los ninjas de Ame estén informados de esto, y no revienten la historia a Aiko al primer encuentro. Qué… ¿Qué se va a hacer con ella? ¿Va a ser una kunoichi de Uzu con todas las letras?
»¿Y el retrato? —se acordó de pronto—. ¿Tiene con ella el retrato? El retrato es muy importante, Hanabi-sama. —Hacía tiempo que Datsue había tejido la teoría de que aquel retrato era la causa de la inmortalidad de Aiko. De hecho, aunque eso su memoria casi siempre se encargaba de esconderlo en algún recóndito lugar de su mente, esa había sido la razón de que se hubiese unido a ella en el viaje al desierto del País del Viento. Para intentar descubrir cómo funcionaba y replicarlo en él.
No lo había conseguido, claro. Pero sí había reforzado su teoría. Primero, porque además del hecho de que cuadro y Aiko estaban unidos por un hilo de chakra, ella le había revelado de que lo llevaba consigo desde el principio. De hecho, le había contado que allí estaba sellada el alma de su padre, la cual vendió a un tal Blame para curar a su hija, siempre enferma por aquel entonces. Mágicamente, Aiko se había curado tras ello; y, mágicamente también, y siempre según sus palabras, aquella imagen era el estado base al que su cuerpo siempre regresaba ante cualquier cambio.
A partir de ahí, Datsue se había limitado a sumar dos y dos.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado