15/02/2019, 23:09
—Espero que los ninjas de Ame estén informados de esto, y no revienten la historia a Aiko al primer encuentro. Qué… ¿Qué se va a hacer con ella? ¿Va a ser una kunoichi de Uzu con todas las letras? —preguntó Datsue.
—A lo primero, sí, sí que están informados, de hecho es a ella a la que no le interesa tanto que sepa sus orígenes, a pesar de que a mí me preocupe algo que luego se exilie. Te digo esto porque sí, por supuesto, yo la considero una de mis kunoichi, de hecho, como dije, ella cree que es genin de Uzushiogakure, y que gran parte de su vida ha sido entrenar en la Academia. Aunque ahora que ha perdido la memoria, quizás prefiera tomárselo con mucha calma... —dijo Hanabi—. Y quizás sea mejor que sea así. Datsue-kun, tengamos mucho cuidado. Yo creo que esto es una bomba de relojería; puede que tú no se lo digas, puede que los amejin tampoco, ¿pero qué pasa si...? Por ejemplo, te encontraste con el tal Kaido, e igual es un exiliado. O si no, habrá más como él. ¿Podremos proteger el pasado de ella toda la vida? —Hanabi negó con la cabeza—. Espero que esto salga bien, Datsue. Estoy jugando con fuego por ti.
—¿Y el retrato? —se acordó de pronto—. ¿Tiene con ella el retrato? El retrato es muy importante, Hanabi-sama.
—¿El... retrato? —preguntó Hanabi, torciendo el gesto. Sí, lo primero que había querido hacer ella era ducharse y cambiarse de ropa, así que la habían llevado a casa para que lo hiciese. Y ella misma había destacado ese viejo retrato que encontró en el interior de su bota. Si no recordaba mal, lo habían...
»Creo que lo colgó encima del sofá, en el salón de su casa —dijo—. ¿Qué pasa con él?
—A lo primero, sí, sí que están informados, de hecho es a ella a la que no le interesa tanto que sepa sus orígenes, a pesar de que a mí me preocupe algo que luego se exilie. Te digo esto porque sí, por supuesto, yo la considero una de mis kunoichi, de hecho, como dije, ella cree que es genin de Uzushiogakure, y que gran parte de su vida ha sido entrenar en la Academia. Aunque ahora que ha perdido la memoria, quizás prefiera tomárselo con mucha calma... —dijo Hanabi—. Y quizás sea mejor que sea así. Datsue-kun, tengamos mucho cuidado. Yo creo que esto es una bomba de relojería; puede que tú no se lo digas, puede que los amejin tampoco, ¿pero qué pasa si...? Por ejemplo, te encontraste con el tal Kaido, e igual es un exiliado. O si no, habrá más como él. ¿Podremos proteger el pasado de ella toda la vida? —Hanabi negó con la cabeza—. Espero que esto salga bien, Datsue. Estoy jugando con fuego por ti.
—¿Y el retrato? —se acordó de pronto—. ¿Tiene con ella el retrato? El retrato es muy importante, Hanabi-sama.
—¿El... retrato? —preguntó Hanabi, torciendo el gesto. Sí, lo primero que había querido hacer ella era ducharse y cambiarse de ropa, así que la habían llevado a casa para que lo hiciese. Y ella misma había destacado ese viejo retrato que encontró en el interior de su bota. Si no recordaba mal, lo habían...
»Creo que lo colgó encima del sofá, en el salón de su casa —dijo—. ¿Qué pasa con él?