16/02/2019, 04:09
Kazuma levanto la vista hacia donde estaba Ranko, cuya expresión delataba un ataque de pánico instantáneo y contundente. Pero luego de unos instantes su cuerpo y rostro se relajaron, al menos lo suficiente como para que él continuase con su labor.
Estaba llenando el pequeño saco a buen ritmo, seleccionado con paciencia y detalle las hojas de mejor aspecto. Pero algo le estaba desconcentrando, algo que golpeaba su rodilla flexionada con la terquedad de un carnero y con la fuerza de un lechón.
—Criaturita, interrumpes mi trabajo, ¿es que tu madre no te enseño a temerle a otros animales más grandes que tú? —pregunto mientras trataba de apartarle un poco, como si realmente esperara una respuesta sobre la valentía del jabato.
Y luego de unos segundos, cuando se aseguraba de que su bolsa estuviese llena, escucho un gruñido de un animal que debía de tener unos pulmones y un hocico enormes.
—Hum… eso suena a problemas —juzgo con calma, mientras se levantaba.
Estaba llenando el pequeño saco a buen ritmo, seleccionado con paciencia y detalle las hojas de mejor aspecto. Pero algo le estaba desconcentrando, algo que golpeaba su rodilla flexionada con la terquedad de un carnero y con la fuerza de un lechón.
—Criaturita, interrumpes mi trabajo, ¿es que tu madre no te enseño a temerle a otros animales más grandes que tú? —pregunto mientras trataba de apartarle un poco, como si realmente esperara una respuesta sobre la valentía del jabato.
Y luego de unos segundos, cuando se aseguraba de que su bolsa estuviese llena, escucho un gruñido de un animal que debía de tener unos pulmones y un hocico enormes.
—Hum… eso suena a problemas —juzgo con calma, mientras se levantaba.