11/03/2019, 21:40
En su idilio mental, Datsue habría pensado que la gran revelación sopesaría su indeseada presencia. Pero por el contrario, agravó el hecho de que él siguiera ahí, parado, y ahora reclamando un éxito que de igual forma no iba a ser suyo.
Aquellos eran los primeros que morían: los que no sabían reconocer su lugar en la escala jerárquica.
Ahora no era un sólo guardia el que parecía poco complacido con la desobediencia de aquél soldado. De pronto eran los cuatro, caminando con sus sendas guadañas y descuidando por unos segundos la puerta tras ellos. El mismo que habló antes se adelantó, aunque estaba debidamente custodiado por el resto de sus compañeros.
—Lo diré una vez más, y más te vale que pilles el mensaje si no quieres volver a tu puto pueblo picado en mil pedacitos. Dé-ja-la ahí y vuelve a tu jodido puesto.
Aquellos eran los primeros que morían: los que no sabían reconocer su lugar en la escala jerárquica.
Ahora no era un sólo guardia el que parecía poco complacido con la desobediencia de aquél soldado. De pronto eran los cuatro, caminando con sus sendas guadañas y descuidando por unos segundos la puerta tras ellos. El mismo que habló antes se adelantó, aunque estaba debidamente custodiado por el resto de sus compañeros.
—Lo diré una vez más, y más te vale que pilles el mensaje si no quieres volver a tu puto pueblo picado en mil pedacitos. Dé-ja-la ahí y vuelve a tu jodido puesto.