17/03/2019, 02:07
Imbuidos por el intenso aroma tan exquisito, el par de genin realizó una rápida y fugitiva búsqueda del epicentro del olor. Tuvieron que desviarse un rato del camino, pero la curiosidad le podía a Etsu. Salto tras salto, se acercó acompañado de Akane, llegando hasta una zona que rebosaba ese intenso olor a tocino frito. Pero por mas que afinaron el oído, el olor andaba descompasado. No había ninguna fuente de calor que estuviese friendo la carne, no había ningún ruido que delatase a una persona friendo el tocino...
Sin embargo, si que había unas curiosas plantas de tallos color caoba casi, y de hojas café y amarillas. Por un momento dudó, no entendía qué sucedía. Pero casi al instante, miró a Akane. Se trataba de eso.
—Ostras, son otras de las plantas que estábamos buscando, ¿verdad?
—Ababaur —afirmó Akane.
Pero, por desgracia no tenían mas bolsas para guardar las plantas. Llevarlas en un bolsillo sería condenarlas a una destrucción rápida y dolorosa, y llevarlas simplemente en las manos... pues quizás no sobreviviesen tampoco, la verdad. Tenían parte de la misión justo frente a ellos, pero no podían tomarla.
A Etsu se le escapó un suspiro de resignación.
Lejos de desistir, Akane —que había entendido la situación antes que Etsu— comenzó a mear justo en la base de un árbol cercano. Con toda la tranquilidad del mundo, y de manera realmente sonora. El de las rastas no pudo evitar echarle una mirada un tanto hiracunda, pero casi al instante cambió su estado de ánimo.
—Eres el puto amo, hermano.
Teniendo la zona marcada, podían seguir el camino y volver al sitio sin problema alguno. Ahora solo quedaba buscar al resto, tomar una bolsa y regresar. No podían perder mas tiempo...
Sin mas, volvieron a correr en busca del resto del grupo.
Sin embargo, si que había unas curiosas plantas de tallos color caoba casi, y de hojas café y amarillas. Por un momento dudó, no entendía qué sucedía. Pero casi al instante, miró a Akane. Se trataba de eso.
—Ostras, son otras de las plantas que estábamos buscando, ¿verdad?
—Ababaur —afirmó Akane.
Pero, por desgracia no tenían mas bolsas para guardar las plantas. Llevarlas en un bolsillo sería condenarlas a una destrucción rápida y dolorosa, y llevarlas simplemente en las manos... pues quizás no sobreviviesen tampoco, la verdad. Tenían parte de la misión justo frente a ellos, pero no podían tomarla.
A Etsu se le escapó un suspiro de resignación.
Lejos de desistir, Akane —que había entendido la situación antes que Etsu— comenzó a mear justo en la base de un árbol cercano. Con toda la tranquilidad del mundo, y de manera realmente sonora. El de las rastas no pudo evitar echarle una mirada un tanto hiracunda, pero casi al instante cambió su estado de ánimo.
—Eres el puto amo, hermano.
Teniendo la zona marcada, podían seguir el camino y volver al sitio sin problema alguno. Ahora solo quedaba buscar al resto, tomar una bolsa y regresar. No podían perder mas tiempo...
Sin mas, volvieron a correr en busca del resto del grupo.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~