23/03/2019, 20:32
Su Sharingan centelleó hacia el interior de la habitación, en busca de los ojos de Kosetsu…
… y allí los encontró. Los ojos de un depredador, que se sabe en lo más alto de la cadena alimenticia. Y eso era lo que les hacía tan peligrosos. No necesariamente por su fuerza, ni por su poder, sino por la desbordada confianza que tenían en sí mismos. En su hábitat, los superdepredadores no tenían rival, y veían a todo ser vivo como una posible presa. No tenían miedo, no tenían dudas de sí mismos ante ningún enfrentamiento. Por eso, aunque un foráneo desconocido de cuatro patas, escuálido y ojos rojos con un poder netamente superior al suyo les enfrentase, ellos ni se plantearían por un segundo huir.
Al contrario, atacarían con todo para demostrarle quién era el rey de aquellas tierras.
Con mucho cuidado, Datsue cerró la puerta tras de sí, aislándoles del humo y las llamas que consumían el pasillo de fuera. Agudizó sus oídos, no obstante, pues intuía que tarde o temprano tendría nueva compañía a sus espaldas.
—Soy el hombre encargado de que no consigas las respuestas que buscas —respondió, tirándose un farol—. De un modo… u otro —y su Sharingan se posó por unos instantes, de manera muy reveladora, en la figura de Nahana. Como queriendo decir que si en aquel momento el hombre la degollaba, en realidad, estaría haciendo el trabajo por él—. Dime, Kosetsu. ¿Se le ha ido ya la lengua? Por su pinta, diría que todavía no.
1 AO nueva
… y allí los encontró. Los ojos de un depredador, que se sabe en lo más alto de la cadena alimenticia. Y eso era lo que les hacía tan peligrosos. No necesariamente por su fuerza, ni por su poder, sino por la desbordada confianza que tenían en sí mismos. En su hábitat, los superdepredadores no tenían rival, y veían a todo ser vivo como una posible presa. No tenían miedo, no tenían dudas de sí mismos ante ningún enfrentamiento. Por eso, aunque un foráneo desconocido de cuatro patas, escuálido y ojos rojos con un poder netamente superior al suyo les enfrentase, ellos ni se plantearían por un segundo huir.
Al contrario, atacarían con todo para demostrarle quién era el rey de aquellas tierras.
Con mucho cuidado, Datsue cerró la puerta tras de sí, aislándoles del humo y las llamas que consumían el pasillo de fuera. Agudizó sus oídos, no obstante, pues intuía que tarde o temprano tendría nueva compañía a sus espaldas.
—Soy el hombre encargado de que no consigas las respuestas que buscas —respondió, tirándose un farol—. De un modo… u otro —y su Sharingan se posó por unos instantes, de manera muy reveladora, en la figura de Nahana. Como queriendo decir que si en aquel momento el hombre la degollaba, en realidad, estaría haciendo el trabajo por él—. Dime, Kosetsu. ¿Se le ha ido ya la lengua? Por su pinta, diría que todavía no.
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¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado