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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#3
Quien eres?

Pregunto el joven en voz alta a la persona que se encontraba frente así. Aunque la verdad es que no le hacia falta, en el fondo de su corazón el chico sabia la respuesta. Se estaba mirando a si mismo, con el pelo un poco mas largo, sin teñir y con unos cuantos años mas que el. Era una versión adulta de si mismo. Aparecía de vez en cuando en sus sueños, en una habitación completamente blanca.

Ya lo sabes, deja de negarselo a tu corazón

Aquello era lo único que decía las pocas veces que se dignaba a aparecer. Pero aquel hombre tenia razón, fuera cual fuera la respuesta a la pregunta y pese a que la conocía de verdad, Reiji se negaba aceptarla. Había algo dentro de su cabeza o tal vez algún tipo de sentimiento, que no le dejaba aceptar aquella verdad. Y dolía, dolía lo suficiente para querer arrancarse el corazón del pecho.

Respondeme!

Daba igual cuanto gritara o lo alto que lo hiciese, simplemente aquel reflejo adulto de Reiji sonreía y se marchaba. Y entonces despertaba. Aquello no pasaba con frecuencia, pero las pocas veces que sucedían se levantaba con un terrible dolor de cabeza, como si se hubiese metido entre pecho y espalda litros y litros de alcohol la noche anterior. El muchacho se llevo la mano a la frente y pensó que tal vez debería contárselo a su madre algún día, pero no seria aquel.

Cuando se le paso un poco se incorporo de la cama y se acerco a la venta de su habitación para sacar la cabeza y que le diera un poco el aire y el agua. Como siempre vestía con un pijama de color gris decorado con un montón de caritas de osos panda. El joven había utilizado uno así desde siempre.

Su habitación no era gran cosa. Pese a que el negocio de su madre iba bien y sus padres tenían bastante dinero, vivían en una piso bastante modesto. La habitación de Reiji era bastante pequeña, tenia el espacio justo para una cama, un armario, una estantería y un pequeño escritorio. En realidad la mesa, la estantería y la cama formaban parte del mismo mueble, que hacia una L en una de las esquinas de la habitación. La ventana estaba situada sobre el escritorio, y el armario estaba frente a la cama separados por muy poco espacio, el justo para moverse y vestirse.

Tampoco había mucha decoración, la estantería tenia algunos libros y cómics de cuando era mas pequeño, pero la mayoría de las estanterías estaban repletas de complejos puzzles de madera y de cristal que había acumulado y resuelto a lo largo de los años. Aun le fascinaba desmontarlos y volverlos a montar.

Cuando el muchacho se encontró un poco mejor, volvió a meter la cabeza en su habitación y cerró la ventana. Los días que le pasaba aquello se encontraba sin ganas de hacer nada, apagado, desanimado. Y solía salir de su casa a dar una vuelta por la ciudad, o incluso se acercaba a la joyería por si su madre necesitaba ayuda, aunque no le apeteciera tratar con ningún tipo de persona.

Sus dos progenitores hacia tiempo que se habían marchado. Así que el muchacho se ducho, se puso la ropa y se tomó algo para desayunar antes de decidirse a salir de su casa. Pero algo le detendría antes de marcharse. Siempre dejaba su ropa de abrigo colgada en un perchero al lado de la puerta. Evidentemente la de sus padres ya no estaba, pero lo raro no era eso, lo raro era que la del joven tampoco estaba allí. Su gabardina había desaparecido, y en su lugar, pegada al perchero con un trozo de celo, había una notita de papel que decía:

«Si quieres recuperar tu bandana, ven a la orilla este del Gran Lago de Amegakure antes del mediodía.»

Reiji no reconoció la letra. No era de su madre, ni de su padre y parecía escrita con algún tipo de maquina, era demasiado perfecta, y no parecía apreciarse ningún tipo de emoción en ella. Intento darle vueltas a su cabeza para ver quien querría robarle su bandana y por ende, su gabardina, donde la tenia cosida. Y no encontraba ningún tipo de respuesta, y probablemente no lo haría hasta que fuera al lugar indicado, por lo que no tardo en salir por la puerta y cerrarla con llave. Ahora con razón tenia que tener cuidado con la seguridad, le habían entrado a robar.

El lugar en si no estaba muy lejos de donde vivía el muchacho, sin embargo este se temía que aquello fuese una trampa. Se preguntaba una y otra vez por que un ladrón dejara una nota de "rescate", y eso le llevaba siempre hacia la misma conclusión. Aquello era una trampa con todas las letras. Pero tenia planeado recuperar su gabardina y su bandana, y de pasado darle un escarmiento a quien quiera que fuese el ladrón.

Llegó con bastante rapidez, y a lo lejos fue capaz de atisbar un par de figuras humanas, que desde la distancia a la que se encontraba era muy difícil distinguir. Se acerco andando, no sin cautela, por supuesto, pues aun tenia la certeza de que todo aquello no se trataba de otra cosa que una trampa para él. Cuando se acerco lo suficiente, distinguió a una joven y a un joven, ambos de oscuros cabellos y ojos marrones. Entonces Reiji alzo la voz.

¿Acaso sois vosotros los artificies de tal fechoría? ¿Seriáis tan amables pues de devolverme mi bandana? no quisiera tener que heriros

Pese a todo, seguía muy atento a sus alrededores. El cuerpo del joven estaba tenso, aun creía que se trataba de algún tipo de trampa, y se la estaba esperando.
[Imagen: ksQJqx9.png]
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Mensajes en este tema
Doctrina glacial - por Aotsuki Ayame - 20/10/2015, 16:47
RE: Doctrina glacial - por Amedama Daruu - 23/10/2015, 11:47
RE: Doctrina glacial - por Sasaki Reiji - 26/10/2015, 00:33
RE: Doctrina glacial - por Aotsuki Ayame - 30/10/2015, 01:00
RE: Doctrina glacial - por Amedama Daruu - 5/11/2015, 00:32
RE: Doctrina glacial - por Sasaki Reiji - 14/11/2015, 20:22
RE: Doctrina glacial - por Amedama Daruu - 14/11/2015, 21:42
RE: Doctrina glacial - por Aotsuki Ayame - 17/11/2015, 13:07
RE: Doctrina glacial - por Sasaki Reiji - 19/11/2015, 12:43
RE: Doctrina glacial - por Amedama Daruu - 20/11/2015, 11:47
RE: Doctrina glacial - por Aotsuki Ayame - 24/11/2015, 10:35
RE: Doctrina glacial - por Sasaki Reiji - 24/11/2015, 14:04


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