18/04/2019, 23:00
—Oh, ¡por supuesto! ¿Dónde quieres que te…? Ah. —La decepción inundó su voz—. Que eres tú.
Ya decía él que tenía una voz demasiado rasposa y grave como para pertenecer al de una joven admiradora. Su pecho se deshinchó del mismo modo que su ilusión, y se revolvió en la cama, incómodo. Bueno, revolverse… Digamos que sacudirse un poco, porque con tantas vendas, yesos y tablillas, le dolía el culo de tener que estar siempre en la misma posición.
—Gracias por los ánimos —respondió, irónico. Sí, intuía que no debía tener muy buena pinta—. No, qué va. El calvo no tuvo nada que ver. La Marca del Hierro… un poquillo —reconoció.
Suspiró. Sin nada más que hacer en todo el día que mirar el jodido techo blanco, el Uchiha se había martirizado con todas las decisiones que había ido tomando a lo largo de la misión. Especialmente de las malas. Se había dejado llevar demasiado, sin tomar las riendas en casi ningún momento. ¿La situación que más vueltas le daba a la cabeza? Obviamente…
… el momento en que Urami se presentó en camisón en su cama y él rechazó su beso. Y algo más que eso. Había que ser imbécil. Jodidamente imbécil.
—Verás, Lady Tākoizu, Nahana, es descendiente de un Señor del Hierro —empezó a explicarle—. Si vieses la de cosas que es capaz de hacer con el acero… Flipa, Hermano. Flipa. Soroku oyó cosas, cosas turbias, y me pidió protegerla en el anonimato, haciéndome pasar por un aprendiz a herrero. En medio de la misión tuve que salir del templo con las hijas para atender un negocio, y ahí fue cuando descubrí qué pasaba.
»Mira, para que te pongas en contexto. Hace tiempo, el antiguo Señor Feudal del País de la Tierra desheredó a su hija mayor por negarse a casarse con quien él decía. La hija desapareció, el padre murió cayéndose desde un risco tras una borrachera, y el hijo pequeño, Kurawa Jagaimo, de unos doce años, es quien manda ahora.
»Bueno, manda, muy entre comillas. Se dice que es el tío quien lleva las riendas de todo. La hija de la que te hablaba, Kurawa Ivvatsumi, anda reuniendo tropas para, imagino, recuperar el trono. ¿Y qué es un ejército, sin armas?
»¿Me estás siguiendo?
Ya decía él que tenía una voz demasiado rasposa y grave como para pertenecer al de una joven admiradora. Su pecho se deshinchó del mismo modo que su ilusión, y se revolvió en la cama, incómodo. Bueno, revolverse… Digamos que sacudirse un poco, porque con tantas vendas, yesos y tablillas, le dolía el culo de tener que estar siempre en la misma posición.
—Gracias por los ánimos —respondió, irónico. Sí, intuía que no debía tener muy buena pinta—. No, qué va. El calvo no tuvo nada que ver. La Marca del Hierro… un poquillo —reconoció.
Suspiró. Sin nada más que hacer en todo el día que mirar el jodido techo blanco, el Uchiha se había martirizado con todas las decisiones que había ido tomando a lo largo de la misión. Especialmente de las malas. Se había dejado llevar demasiado, sin tomar las riendas en casi ningún momento. ¿La situación que más vueltas le daba a la cabeza? Obviamente…
… el momento en que Urami se presentó en camisón en su cama y él rechazó su beso. Y algo más que eso. Había que ser imbécil. Jodidamente imbécil.
—Verás, Lady Tākoizu, Nahana, es descendiente de un Señor del Hierro —empezó a explicarle—. Si vieses la de cosas que es capaz de hacer con el acero… Flipa, Hermano. Flipa. Soroku oyó cosas, cosas turbias, y me pidió protegerla en el anonimato, haciéndome pasar por un aprendiz a herrero. En medio de la misión tuve que salir del templo con las hijas para atender un negocio, y ahí fue cuando descubrí qué pasaba.
»Mira, para que te pongas en contexto. Hace tiempo, el antiguo Señor Feudal del País de la Tierra desheredó a su hija mayor por negarse a casarse con quien él decía. La hija desapareció, el padre murió cayéndose desde un risco tras una borrachera, y el hijo pequeño, Kurawa Jagaimo, de unos doce años, es quien manda ahora.
»Bueno, manda, muy entre comillas. Se dice que es el tío quien lleva las riendas de todo. La hija de la que te hablaba, Kurawa Ivvatsumi, anda reuniendo tropas para, imagino, recuperar el trono. ¿Y qué es un ejército, sin armas?
»¿Me estás siguiendo?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado