19/04/2019, 17:33
—Mi nombre es Datsue. Uchiha Datsue... Uchiha, Uchiha, Uchiha....
—Uchiha Akame, Uchiha, Uchiha, Uchiha....
Recuerdos voraces atizaron la mente de Nahana. Le llevaron hasta un rincón inhóspito de su existencia, hasta un punto de su pasado en el que apenas era una cría de quince años. Recordaba aquellos ojos rojos de aquél hombre atizándole con la mirada e impidiéndole que se moviera solo con verle. Incapaz de protegerse, incapaz de impedir que hicieran lo que quisieran con ella. De que la usara a su placer.
Después de todo, era un ninja. Un ninja que había pagado un pastizal a su padre para que fuera suya. ¡Una unión que beneficiará al Estandarte, decían!
—Era tu deber, lo entiendo —dijo, rompiendo el viaje en el tiempo que se suscitaba en su cabeza. Pero lejos de demonizar a Datsue por ser un Uchiha, lo cierto es que en él no veía su tortuoso pasado como había sucedido con otros de su clan en otras ocasiones—.gracias. Gracias por salvarme. Por volvera por mí. Aún si se trata del dinero, aún si Soroku ha pagado un pastizal para que lo hicieras. De verdad. Gracias.
La mano de Nahana se apoyó sobre la camilla y le dio un beso en la frente. Luego miró a Akame y agachó la cabeza en modo de agradecimiento, también.
—He perdido mucho, Datsue. Mi hogar, la tradición. La fragua de mis ancestros. He perdido. ¿Pero lo he perdido todo, Datsue? ¿a ellas también? —una lágrima le recorrió la mejilla—. dime que no. Por favor, dime que...
¿Las había salvado a ellas también? ¿A sus hijas?
—Uchiha Akame, Uchiha, Uchiha, Uchiha....
Recuerdos voraces atizaron la mente de Nahana. Le llevaron hasta un rincón inhóspito de su existencia, hasta un punto de su pasado en el que apenas era una cría de quince años. Recordaba aquellos ojos rojos de aquél hombre atizándole con la mirada e impidiéndole que se moviera solo con verle. Incapaz de protegerse, incapaz de impedir que hicieran lo que quisieran con ella. De que la usara a su placer.
Después de todo, era un ninja. Un ninja que había pagado un pastizal a su padre para que fuera suya. ¡Una unión que beneficiará al Estandarte, decían!
—Era tu deber, lo entiendo —dijo, rompiendo el viaje en el tiempo que se suscitaba en su cabeza. Pero lejos de demonizar a Datsue por ser un Uchiha, lo cierto es que en él no veía su tortuoso pasado como había sucedido con otros de su clan en otras ocasiones—.gracias. Gracias por salvarme. Por volvera por mí. Aún si se trata del dinero, aún si Soroku ha pagado un pastizal para que lo hicieras. De verdad. Gracias.
La mano de Nahana se apoyó sobre la camilla y le dio un beso en la frente. Luego miró a Akame y agachó la cabeza en modo de agradecimiento, también.
—He perdido mucho, Datsue. Mi hogar, la tradición. La fragua de mis ancestros. He perdido. ¿Pero lo he perdido todo, Datsue? ¿a ellas también? —una lágrima le recorrió la mejilla—. dime que no. Por favor, dime que...
¿Las había salvado a ellas también? ¿A sus hijas?