20/04/2019, 21:23
(Última modificación: 20/04/2019, 21:24 por Amedama Daruu.)
Yui recibió su respuesta con orgullo y le tendió a Ayame una copia del Libro Bingo, lo cual ya era suficientemente revelador —el documento estaba reservado para jounin—. Daruu sintió un extraño calor en el pecho, y entonces fue cuando empezó a ponerse nervioso. Se inclinó para verlo mejor mientras su compañera lo hojeaba. Se detuvo de pronto en una página dedicada a Kaido...
...y sintió un desagradable vuelco en el estómago. Él era su amigo. Él era su compañero. Había compartido tantas cosas con él... ¿qué sería ahora de sus pequeñas aventuras con el gyojin y Hibagon?
Apartó esos pensamientos de su mente. Ahora Kaido era un renegado. Lo que le hacía recordar que Ayame tendría que darle las... noticias, tarde o temprano.
Los muchachos llegaron a las descripciones de las dos mujeres que había identificado Yuki. Aunque la descripción coincidía, era cierto que podían tratarse de otras dos cualesquiera.
—Bueno, no las hemos visto directamente, pero eso no es problema —dijo Daruu, encogiéndose de hombros, y se llevó una mano a la boca—. Podemos preguntarle a él, ¿no?—Daruu se mordió la yema del dedo pulgar y se dibujó una línea en la otra. Formuló la cadena de sellos del Kuchiyose no Jutsu y colocó delicadamente la palma en el suelo, agachándose. Una pequeña nube de humo reveló a un gato blanco como la nieve, con ojos de color cián.
—¡Daruu-nyan! ¿Dónde nyestamos? ¿Qué pasa? —Yuki miró alrededor, y vio a Ayame. Y saltó sobre ella, y se le encaramó al cuello y se restregó por su hombro—. ¡ANYAME-NYAAAN!
Daruu se aclaró la voz.
—Ehm... Yuki. ¿Crees que es este el momento más apropiado?
El gato se paró de pronto, dándose cuenta por primera vez de dónde se encontraba. Se quedó mirando a Yui con los ojos como platos. Agachó las orejas, y Ayame notó un ligero pinchacito en los hombros cuando se agarró a ella temblando.
—¡Ay miau madre! —titubeó—. Nyusted debe... debe ser... Nyui-sama... ¡Nyo siento! ¡Nye-nyencantado de conyocerla!
—Yuki, ¿podrías decirme si...?
—¡NYAAAAA! ¡Son las que le sacaron los nyojos al nyinyo!
Daruu suspiró.
—Son ellas, definitivamente.
...y sintió un desagradable vuelco en el estómago. Él era su amigo. Él era su compañero. Había compartido tantas cosas con él... ¿qué sería ahora de sus pequeñas aventuras con el gyojin y Hibagon?
Apartó esos pensamientos de su mente. Ahora Kaido era un renegado. Lo que le hacía recordar que Ayame tendría que darle las... noticias, tarde o temprano.
Los muchachos llegaron a las descripciones de las dos mujeres que había identificado Yuki. Aunque la descripción coincidía, era cierto que podían tratarse de otras dos cualesquiera.
—Bueno, no las hemos visto directamente, pero eso no es problema —dijo Daruu, encogiéndose de hombros, y se llevó una mano a la boca—. Podemos preguntarle a él, ¿no?—Daruu se mordió la yema del dedo pulgar y se dibujó una línea en la otra. Formuló la cadena de sellos del Kuchiyose no Jutsu y colocó delicadamente la palma en el suelo, agachándose. Una pequeña nube de humo reveló a un gato blanco como la nieve, con ojos de color cián.
—¡Daruu-nyan! ¿Dónde nyestamos? ¿Qué pasa? —Yuki miró alrededor, y vio a Ayame. Y saltó sobre ella, y se le encaramó al cuello y se restregó por su hombro—. ¡ANYAME-NYAAAN!
Daruu se aclaró la voz.
—Ehm... Yuki. ¿Crees que es este el momento más apropiado?
El gato se paró de pronto, dándose cuenta por primera vez de dónde se encontraba. Se quedó mirando a Yui con los ojos como platos. Agachó las orejas, y Ayame notó un ligero pinchacito en los hombros cuando se agarró a ella temblando.
—¡Ay miau madre! —titubeó—. Nyusted debe... debe ser... Nyui-sama... ¡Nyo siento! ¡Nye-nyencantado de conyocerla!
—Yuki, ¿podrías decirme si...?
—¡NYAAAAA! ¡Son las que le sacaron los nyojos al nyinyo!
Daruu suspiró.
—Son ellas, definitivamente.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)