21/04/2019, 23:44
Le permitiese el atrevimiento o no, Ayame continuó su discurso explicativo acerca del porqué consideraba ella que Hanabi no les había mentido y que, efectivamente, resultaría ser una noticia tan reveladora como para ellos. Yui cabeceaba a lo largo de su intervención, con un repentino ajá y un ¿sí? tratando de que sus peligrosas maquinaciones no se adueñaran súbitamente de sus acciones. Porque sí, sus labios estaban a punto de pedirle —una vez más, como cuando se enteró que Sumizu Kouta no tenía cabeza—. a Amedama Daruu que la llevara hasta Uzushiogakure con esa técnica suya de invocación sanguínea para decirle sus cuatro cosas al heredero de la voluntad de Shiona.
Yui suspiró, recuperando ligeramente su color habitual tras una súbita realización.
—Está bien —les dijo finalmente, resignada—. indagaré un poco más en el asunto antes de arrancarle los huevos a Hanabi.
»Ahora, si sois tan amables —tendió la mirada en Ayame, luego en Daruu, luego en Ayame y, finalmente, en la jodida puerta del despacho—. iros antes de que me vengáis con que Shanise está complotando contra mí o algo por el estilo. Porque con la seguidilla de sorpresas que me habéis soltado hoy...
Yui suspiró, recuperando ligeramente su color habitual tras una súbita realización.
—Está bien —les dijo finalmente, resignada—. indagaré un poco más en el asunto antes de arrancarle los huevos a Hanabi.
»Ahora, si sois tan amables —tendió la mirada en Ayame, luego en Daruu, luego en Ayame y, finalmente, en la jodida puerta del despacho—. iros antes de que me vengáis con que Shanise está complotando contra mí o algo por el estilo. Porque con la seguidilla de sorpresas que me habéis soltado hoy...
... venga, Amedama; Ayame. Buena caza.