30/04/2019, 04:24
(Última modificación: 30/04/2019, 04:25 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
—¡Hola! No sé si nos hemos visto porque yo seguramente sería muy pequeño, pero soy Amedama Daruu, el hijo de Kiroe. Necesitábamos una habitación para pasar unos días indeterminados, y pensé que...
—Por amenokami que estás en los cielos, ¿Daruu? —lucía absorto, sobre todo por esos ojos inconundibles. Era como ver a los de su madre—. ¡hostia, Daruu, es un placer!
Le sostuvo la mano y se la agitó con fuerza cuatro veces. Mientras se la agitaba, el bigote le tiritaba. Era hilarante.
—¡Joder, pero si lo hubiera sabido, coño! ¡habría limpiado un poco, al menos! —miró a Ayame, y agachó la cabeza en forma de saludo—. señorita. Bienvenidos a la Bruma Negra. Mi nombre es Ginjo, Sabarashi Ginjo.
»¿Cómo está ella, eh? hace eones que no la veo. Y la última vez que te vi todavía usabas pañales, ¡jajaja!
Como si la situación no le fuera de por sí lo suficiente agobiante como para que un viejo hable de tus épocas en pañales frente a tu novia.
—Por amenokami que estás en los cielos, ¿Daruu? —lucía absorto, sobre todo por esos ojos inconundibles. Era como ver a los de su madre—. ¡hostia, Daruu, es un placer!
Le sostuvo la mano y se la agitó con fuerza cuatro veces. Mientras se la agitaba, el bigote le tiritaba. Era hilarante.
—¡Joder, pero si lo hubiera sabido, coño! ¡habría limpiado un poco, al menos! —miró a Ayame, y agachó la cabeza en forma de saludo—. señorita. Bienvenidos a la Bruma Negra. Mi nombre es Ginjo, Sabarashi Ginjo.
»¿Cómo está ella, eh? hace eones que no la veo. Y la última vez que te vi todavía usabas pañales, ¡jajaja!
Como si la situación no le fuera de por sí lo suficiente agobiante como para que un viejo hable de tus épocas en pañales frente a tu novia.