3/05/2019, 03:29
—¡Las hierbas! ¡C-creo que cayeron con tu pantalón! —contestó a Kazuma toda prisa.
—Las hierbas… —musito.
Entonces el mundo se recompuso con la violencia de un torrente helado, como el que golpea al ebrio que del puente cae al rio. Entre el golpe y la huida no había reparado en que se suponía que tuviese las preciadas hierbas con él.
Kazuma sintió la necesidad —y también la responsabilidad culposa— de salir corriendo a recuperar el objeto de su misión, pese a que aún no estaba lo suficientemente lucido como para volver sobre sus pasos. Por suerte para todos, Ranko tomo la iniciativa contra la problemática y le encargo a Etsu el que se adelantase y rastrease el olor de la prenda perdida por el peliblanco.
—Estaré bien, Ranko-san —afirmo, mientras se separaba de ella y tomaba aire—. Sigamos a Etsu-san.
No estaba seguro de que tan cierto era aquello de que estaría bien, sobre todo teniendo en cuenta que recién notaba que estaba sangrando; pero al menos podía mantenerse aparentemente tranquilo y funciomal.
—Las hierbas… —musito.
Entonces el mundo se recompuso con la violencia de un torrente helado, como el que golpea al ebrio que del puente cae al rio. Entre el golpe y la huida no había reparado en que se suponía que tuviese las preciadas hierbas con él.
Kazuma sintió la necesidad —y también la responsabilidad culposa— de salir corriendo a recuperar el objeto de su misión, pese a que aún no estaba lo suficientemente lucido como para volver sobre sus pasos. Por suerte para todos, Ranko tomo la iniciativa contra la problemática y le encargo a Etsu el que se adelantase y rastrease el olor de la prenda perdida por el peliblanco.
—Estaré bien, Ranko-san —afirmo, mientras se separaba de ella y tomaba aire—. Sigamos a Etsu-san.
No estaba seguro de que tan cierto era aquello de que estaría bien, sobre todo teniendo en cuenta que recién notaba que estaba sangrando; pero al menos podía mantenerse aparentemente tranquilo y funciomal.