3/05/2019, 04:35
(Última modificación: 3/05/2019, 05:00 por Sarutobi Hanabi. Editado 1 vez en total.)
Como era de esperarse, Datsue se quebró en mil pedazos; y dejó que la ira se apoderara en su momento de mayor debilidad. ¿Quién era él para impedir que el Uchiha se desahogara? ¿que maldijera? ¿que quisiera poner las cosas en su lugar, pidiendo ocuparse él mismo del traidor?
Si todo fuese tan sencillo... si no estuviera en juego mucho más que el propio Akame, quizás, le hubiera concedido su deseo. Pero ahora mismo no podía permitirse arriesgar lo que consideraba una pieza clave en un juego de estratagemas que precede a la guerra entre bestias y humanos.
—No harás tal cosa, Datsue, no ahora, no en nuestras horas más bajas. Te necesitamos, y no voy a arriesgarme a perderte ni como shinobi, ni como guardián, ni como amigo. No por un traidor —esperaba que el Uchiha entendiera que eran estos momentos en los que un ninja debía ser responsable y elegir la opción que beneficie al bien común, y no sólo a sus intereses personales—. no obstante, Uchiha Akame se fue de este mundo sin responder por sus crímenes. Lo respetamos, honramos su muerte, y le velamos como a uno más de los nuestros. ¿Y nos paga de ésta forma? ¿engañándonos a todos? ¿trayendo el fuego a nuestro hogar?
»No quedará impune, eso te lo aseguro —arrojó una mirada furtiva a los presentes, y continuó—. pero debemos tener cabeza y actuar con templanza, Datsue. No podemos cometer el error de dejarnos guiar por nuestros impulsos más primitivos y caer en su juego. Allí, nos volvemos débiles. ¿Pero unidos? —no hacía falta contestar. La Alianza era la prueba perfecta—. quiero que confíes en mí, Datsue. Lo vamos a resolver —miró a Katsudon, luego al sello—. pero juntos.
Si todo fuese tan sencillo... si no estuviera en juego mucho más que el propio Akame, quizás, le hubiera concedido su deseo. Pero ahora mismo no podía permitirse arriesgar lo que consideraba una pieza clave en un juego de estratagemas que precede a la guerra entre bestias y humanos.
—No harás tal cosa, Datsue, no ahora, no en nuestras horas más bajas. Te necesitamos, y no voy a arriesgarme a perderte ni como shinobi, ni como guardián, ni como amigo. No por un traidor —esperaba que el Uchiha entendiera que eran estos momentos en los que un ninja debía ser responsable y elegir la opción que beneficie al bien común, y no sólo a sus intereses personales—. no obstante, Uchiha Akame se fue de este mundo sin responder por sus crímenes. Lo respetamos, honramos su muerte, y le velamos como a uno más de los nuestros. ¿Y nos paga de ésta forma? ¿engañándonos a todos? ¿trayendo el fuego a nuestro hogar?
»No quedará impune, eso te lo aseguro —arrojó una mirada furtiva a los presentes, y continuó—. pero debemos tener cabeza y actuar con templanza, Datsue. No podemos cometer el error de dejarnos guiar por nuestros impulsos más primitivos y caer en su juego. Allí, nos volvemos débiles. ¿Pero unidos? —no hacía falta contestar. La Alianza era la prueba perfecta—. quiero que confíes en mí, Datsue. Lo vamos a resolver —miró a Katsudon, luego al sello—. pero juntos.