5/05/2019, 15:38
Afortumadamente, el hombretón se tomó a bien las disculpas de Daruu. Luego, le preguntó si les había parecido bien la habitación.
—Estoy seguro de que la competencia tiene unas habitaciones que no le llegan a esta ni a la suela de zapato, amigo —rio Daruu, adulándole un poco—. Está perfectamente. Y oye, en serio, si necesitas que te paguemos, dínoslo. Tenemos fondos para gastar.
Honestamente, Daruu deseaba subir a la habitación con Ayame y comenzar a planear sus próximos movimientos. Pero temía que una despedida apresurada con Ginjo le molestase de nuevo, así que le daría un poco de cancha. Esperaba que Ayame no se impacientara o se preocupara demasiado.
—Estoy seguro de que la competencia tiene unas habitaciones que no le llegan a esta ni a la suela de zapato, amigo —rio Daruu, adulándole un poco—. Está perfectamente. Y oye, en serio, si necesitas que te paguemos, dínoslo. Tenemos fondos para gastar.
Honestamente, Daruu deseaba subir a la habitación con Ayame y comenzar a planear sus próximos movimientos. Pero temía que una despedida apresurada con Ginjo le molestase de nuevo, así que le daría un poco de cancha. Esperaba que Ayame no se impacientara o se preocupara demasiado.