12/05/2019, 21:29
Ambos se dieron cuenta enseguida de su error: A su izquierda no había más que la muralla protectora que tan bien definía a Shinogi-to. Así que sólo les quedaban dos opciones: o bien subirse a los tejados, como había sugerido Daruu, o seguir adelante y rogar porque los hombres de aquella pescadería estuviesen tan enfrascados en su trabajo que no levantaran sus alertas.
Daruu seguía empeñado en que deberían subirse a los tejados; sin embargo, después de discutirlo entre susurros durante algunos segundos, al final optaron por la segunda opción. Ayame opinaba que era demasiado arriesgado que alguien les viera subidos en lo alto de los edificios y, después de todo, Sakana y Kozauchi no eran shinobi, sólo una pareja de aspecto burdo y tosco.
Daruu seguía empeñado en que deberían subirse a los tejados; sin embargo, después de discutirlo entre susurros durante algunos segundos, al final optaron por la segunda opción. Ayame opinaba que era demasiado arriesgado que alguien les viera subidos en lo alto de los edificios y, después de todo, Sakana y Kozauchi no eran shinobi, sólo una pareja de aspecto burdo y tosco.