22/05/2019, 01:45
¿Amigos?... ¿jugosos tratos?...
Watanabe Ooyu observó soslayo a Eien, mientras le daba otra calada a su puro. Si algo estaba claro, es que siempre había una primera vez para todo.
—¿Ah sí?
Cuando sonrió, un manojo de dientes podridos de nicotina se asomó por sobre el bigote. Ooyu encorvó la cadera y susurró palabras ininteligibles a su empleado, que, de espaldas a los dos visitantes; no reveló su reacción. Luego salió corriendo de patitas y abandonó el piso superior por las mismas escaleras que le habían llevado a todos hasta allí en primer lugar.
La mano derecha se movió en un arco circundante, trazando una estela de humo hacia el interior de su pomposo despacho.
—Adelante, pues.
Las alarmas de Daruu y Ayame tenían que haber saltado. Demasiado fácil. ¿O tal vez, un golpe de suerte?
Watanabe Ooyu observó soslayo a Eien, mientras le daba otra calada a su puro. Si algo estaba claro, es que siempre había una primera vez para todo.
—¿Ah sí?
Cuando sonrió, un manojo de dientes podridos de nicotina se asomó por sobre el bigote. Ooyu encorvó la cadera y susurró palabras ininteligibles a su empleado, que, de espaldas a los dos visitantes; no reveló su reacción. Luego salió corriendo de patitas y abandonó el piso superior por las mismas escaleras que le habían llevado a todos hasta allí en primer lugar.
La mano derecha se movió en un arco circundante, trazando una estela de humo hacia el interior de su pomposo despacho.
—Adelante, pues.
Las alarmas de Daruu y Ayame tenían que haber saltado. Demasiado fácil. ¿O tal vez, un golpe de suerte?