23/05/2019, 22:46
—Entonces, Hanabi-sama —dijo, dándose la vuelta cuando oyó la puerta cerrarse—. Quería hablarme de…
Hanabi se balanceó en el asiento, rascándose la coronilla.
—Datsue-kun, siéntate, por favor —le indicó, señalando la silla que había frente a su escritorio—. Ponte cómodo.
»¿Sabes qué es esto, no? —El hombre rebuscó en el bolsillo de su túnica y le enseñó un bote de pequeñas pastillas de color blanco.
Hanabi se balanceó en el asiento, rascándose la coronilla.
—Datsue-kun, siéntate, por favor —le indicó, señalando la silla que había frente a su escritorio—. Ponte cómodo.
»¿Sabes qué es esto, no? —El hombre rebuscó en el bolsillo de su túnica y le enseñó un bote de pequeñas pastillas de color blanco.