31/05/2019, 00:49
Lo más curioso es que Yui, mientras escuchaba los detalles propiciados por Daruu, convenía en que de haber estado ella en los zapatos del Amedama, probablemente hubiera hecho lo mismo. Habría matado a Watanabe Ooyu sin pensárselo dos veces. Quizás hasta con la misma técnica que había usado Ayame para eliminarlo. Coincidían en el qué, más no en el cuándo. Oh, sí, el cuándo era muy importante. Amekoro Yui, si fuera por ella, habría esperado a interceptar la reunión sin siquiera haber hecho un contacto inicial con el mercader, y los habría matado a todos sin ningún tipo de miramiento. Total, todos eran unos traidores, llámese como se llamen. Vístanse como se vista, el lobo seguía siendo lobo aunque se cubriera con la lana de un cordero. Y el destino de un traidor siempre debía ser el mismo: ¿para qué retrasarlo más de la cuenta?
Además, obtener información a la plebe no era precisamente una prioridad para ella cuando conocías el objetivo a eliminar, y ya gozando además con indicios infalibles de en dónde se esconde la rata.
Hida lo habría abordado de una forma distinta, pero no le valía la pena ahondar en los distintos escenarios si lo hecho, hecho estaba. El tipo estaba muerto, y según lo que contaba Ayame, ninguno de los presentes tenía dudas de que el asesinato estaba más que justificado. Ese hombre les iba a delatar, tras la sucia ejecución de los ninja para obtener algo de información. Y es que el mayor problema era ese, que su forzosa desaparición del escenario iba a levantar el polvo de la sospecha. El silencio que habían ganado sentenciándolo a una muerte fortuita, traería consigo los murmullos indeseados de distintos factores que se antojaban incontrolables. Como la familia, los empleados. Incluso las mismas Náyades, si vamos al caso.
Yui suspiró profundamente, allá en su oficina. La cabeza la daba tumbos. Por momentos sentía la necesidad de viajar ella hasta Shinogi-To y tomar de la mano a Daruu y a Ayame para acabar con el pestilente recuerdo de esas traidoras. Por suerte, había alguien allí que era una de las personas —sino la única, probablemente—. que tenía una capacidad innata de controlar los impulsos más terrenales de la Arashikage. La cabeza de Hida y Yui se torcieron, en el holograma. En la habitación de la Bruma Negra, apuntaban hacia el baño. Allí desde luego no había nadie. Allá en lo más alto del rascacielos, no obstante, la menuda figura de Hōzuki Shanise llamaba la atención de los presentes y pronto se unió a imagen y semejanza en el jutsu de comunicación.
—Ayame —intercedió la mano derecha de Yui. Su voz, a los oídos de los enviados, era familia. La conocían. Sabían que era ella—. ¿me veo obligada a contestar a la pregunta de Por Qué Esa No Es Una Buena Idea? —alegó, y Ayame sintió una poderosa familiaridad hacia aquella frase. Si la guardiana tenía buena memoria, recordaría que alguna vez, en un tiempo que se antojaba lejano, en cierta misión Rango S donde debían cerrar un peligroso hilo de chakra, sugirió realizar una invocación inversa a los otros dos grupos sólo para solventar su duda acerca de qué cojones era el chakra natural. Esa particular sugerencia no había sido muy buena que digamos. Ésta, desde luego que tampoco—. hola, chicos. ¿Estáis bien?
»Ayame-chan, tomar el lugar de una persona puede parecer sencillo. Pero para mentir, debes conocer la mentira. ¿Lo entiendes? es muy fácil para los ninjas fingir una apariencia. Pero no somos videntes. ¿Acaso conocéis la nómina de ese hombre? ¿quiénes y cómo se llama la gente que trabaja para él? ¿sus rutinas, sus rutas habituales? ¿sus modismos? es complicado. Estas cosas llevan tiempo, para poder investigar profundamente a quien deseas suplantar. Y aunque seas tú el que no busque interactuar con estos elementos, es ley de vida que éstos te acabarán buscándote a ti. En este caso es inviable. Un riesgo absurdo.
—¡Joder, claro que lo es! —bramó Yui.
—Efectivamente —puntualizó el espadachín.
Shanise pidió permiso a Yui con la mirada, y continuó.
—Yui-sama me ha puesto al tanto de todo. Si me lo permitís, podemos pulir los detalles y armar un plan de acción. Considero que lo vais a necesitar.
Además, obtener información a la plebe no era precisamente una prioridad para ella cuando conocías el objetivo a eliminar, y ya gozando además con indicios infalibles de en dónde se esconde la rata.
Hida lo habría abordado de una forma distinta, pero no le valía la pena ahondar en los distintos escenarios si lo hecho, hecho estaba. El tipo estaba muerto, y según lo que contaba Ayame, ninguno de los presentes tenía dudas de que el asesinato estaba más que justificado. Ese hombre les iba a delatar, tras la sucia ejecución de los ninja para obtener algo de información. Y es que el mayor problema era ese, que su forzosa desaparición del escenario iba a levantar el polvo de la sospecha. El silencio que habían ganado sentenciándolo a una muerte fortuita, traería consigo los murmullos indeseados de distintos factores que se antojaban incontrolables. Como la familia, los empleados. Incluso las mismas Náyades, si vamos al caso.
Yui suspiró profundamente, allá en su oficina. La cabeza la daba tumbos. Por momentos sentía la necesidad de viajar ella hasta Shinogi-To y tomar de la mano a Daruu y a Ayame para acabar con el pestilente recuerdo de esas traidoras. Por suerte, había alguien allí que era una de las personas —sino la única, probablemente—. que tenía una capacidad innata de controlar los impulsos más terrenales de la Arashikage. La cabeza de Hida y Yui se torcieron, en el holograma. En la habitación de la Bruma Negra, apuntaban hacia el baño. Allí desde luego no había nadie. Allá en lo más alto del rascacielos, no obstante, la menuda figura de Hōzuki Shanise llamaba la atención de los presentes y pronto se unió a imagen y semejanza en el jutsu de comunicación.
—Ayame —intercedió la mano derecha de Yui. Su voz, a los oídos de los enviados, era familia. La conocían. Sabían que era ella—. ¿me veo obligada a contestar a la pregunta de Por Qué Esa No Es Una Buena Idea? —alegó, y Ayame sintió una poderosa familiaridad hacia aquella frase. Si la guardiana tenía buena memoria, recordaría que alguna vez, en un tiempo que se antojaba lejano, en cierta misión Rango S donde debían cerrar un peligroso hilo de chakra, sugirió realizar una invocación inversa a los otros dos grupos sólo para solventar su duda acerca de qué cojones era el chakra natural. Esa particular sugerencia no había sido muy buena que digamos. Ésta, desde luego que tampoco—. hola, chicos. ¿Estáis bien?
»Ayame-chan, tomar el lugar de una persona puede parecer sencillo. Pero para mentir, debes conocer la mentira. ¿Lo entiendes? es muy fácil para los ninjas fingir una apariencia. Pero no somos videntes. ¿Acaso conocéis la nómina de ese hombre? ¿quiénes y cómo se llama la gente que trabaja para él? ¿sus rutinas, sus rutas habituales? ¿sus modismos? es complicado. Estas cosas llevan tiempo, para poder investigar profundamente a quien deseas suplantar. Y aunque seas tú el que no busque interactuar con estos elementos, es ley de vida que éstos te acabarán buscándote a ti. En este caso es inviable. Un riesgo absurdo.
—¡Joder, claro que lo es! —bramó Yui.
—Efectivamente —puntualizó el espadachín.
Shanise pidió permiso a Yui con la mirada, y continuó.
—Yui-sama me ha puesto al tanto de todo. Si me lo permitís, podemos pulir los detalles y armar un plan de acción. Considero que lo vais a necesitar.