1/06/2019, 19:02
Yui, Hida y Shanise contemplaron en silencio la exposición de Daruu acerca de sus cavilaciones, que rápidamente fueron rebatidas por las maquinaciones de su propia compañera.
—El problema es que no importa de dónde venga el peligro, Daruu-kun. Las Náyades no discriminan cuando se trata de su seguridad y de sus operaciones. Son unos reptiles escurridizos que clavan los colmillos cuando tienen una oportunidad infalible, y se esconden en sus distintas madrigueras hasta que pasa la Tormenta. ¿Por qué crees que no supimos nada durante tanto tiempo? después de haber dado un gran golpe. Quitándote los ojos —alegó con convicción—. pero no hemos tenido algo en cuenta. Y es que según le informaste a Yui-sama, el motivo de ese golpe, Daruu, era que tu madre fuera a por ella, ¿no es cierto? —un dato tan crucial y tan poco tomado en cuenta que resultaba inaceptable—. ¿crees que no están esperándonos? ¿crees que ésta vez, no están esperando a que la Tormenta llegue a ellas con los brazos abiertos?
»Para mí, al menos, resulta evidente que cualquier acontecimiento que perturbe la rutina de su grupo de exiliadas en Shinogi-To puede venir de Amegakure. Es una ventaja que tenemos. No volverán a desaparecer hasta que sepan con certeza de que no es Kiroe quien ha ido a por ellas, sino su hijo y tú, Ayame.
Habiendo citado a esta última, Shanise miró a la guardiana.
—¿Sabéis cuál es el motivo de la reunión? —indagó—. ¿qué función tiene ese tal Watanabe para las Náyades?
Su mente corría a millón. Pidiéndole detalles. Pidiéndole elementos más específicos para poder escupir un plan apropiado.
—El problema es que no importa de dónde venga el peligro, Daruu-kun. Las Náyades no discriminan cuando se trata de su seguridad y de sus operaciones. Son unos reptiles escurridizos que clavan los colmillos cuando tienen una oportunidad infalible, y se esconden en sus distintas madrigueras hasta que pasa la Tormenta. ¿Por qué crees que no supimos nada durante tanto tiempo? después de haber dado un gran golpe. Quitándote los ojos —alegó con convicción—. pero no hemos tenido algo en cuenta. Y es que según le informaste a Yui-sama, el motivo de ese golpe, Daruu, era que tu madre fuera a por ella, ¿no es cierto? —un dato tan crucial y tan poco tomado en cuenta que resultaba inaceptable—. ¿crees que no están esperándonos? ¿crees que ésta vez, no están esperando a que la Tormenta llegue a ellas con los brazos abiertos?
»Para mí, al menos, resulta evidente que cualquier acontecimiento que perturbe la rutina de su grupo de exiliadas en Shinogi-To puede venir de Amegakure. Es una ventaja que tenemos. No volverán a desaparecer hasta que sepan con certeza de que no es Kiroe quien ha ido a por ellas, sino su hijo y tú, Ayame.
Habiendo citado a esta última, Shanise miró a la guardiana.
—¿Sabéis cuál es el motivo de la reunión? —indagó—. ¿qué función tiene ese tal Watanabe para las Náyades?
Su mente corría a millón. Pidiéndole detalles. Pidiéndole elementos más específicos para poder escupir un plan apropiado.