21/06/2019, 11:52
Durante el resto del trayecto caminaron en silencio, Hanabi con la mirada gacha y los brazos tras la espalda. Pareciera que fuese él el más intranquilo de los dos, incluso si el foco de las miradas de aquél venerable consejo, tan mítico en la villa y ante quien muy pocos se habían postrado, no iba a ser él. De vez en cuando chasqueaba la lengua, los ojos entrecerrados, dignos de que estaba tratando de redirigir una conversación interna hacia el camino que convenía. Barajando el posible curso de uno de esos dichosos ferrocarriles de Amegakure que había abandonado la vía y cuyo destino era impredecible.
Los dos shinobi atravesaron las puertas de un barrio amurallado, de aspecto rico. Una decena de miradas de personas pelirrojas les acompañaron a lo largo de los cinco minutos que estuvieron caminando hacia el centro, un castillo de considerable tamaño de paredes blancas y techo color marrón desaturado. Hanabi se detuvo frente a las puertas, que tenían, cómo no, el símbolo del clan Uzumaki pintado en rojo carmesí.
Había una peculiaridad. Si ese era el lugar a donde iban, no había guardias. ¿Por qué no había guardias? Sería una pregunta que se haría cualquiera que no conociese al clan Uzumaki.
—Bueno... —Hanabi se volteó hacia él y le posó una mano en el hombro, sonriéndole compasivamente—. ¿Preparado? ¿Alguna cosa más que quieras saber antes de entrar?
Los dos shinobi atravesaron las puertas de un barrio amurallado, de aspecto rico. Una decena de miradas de personas pelirrojas les acompañaron a lo largo de los cinco minutos que estuvieron caminando hacia el centro, un castillo de considerable tamaño de paredes blancas y techo color marrón desaturado. Hanabi se detuvo frente a las puertas, que tenían, cómo no, el símbolo del clan Uzumaki pintado en rojo carmesí.
Había una peculiaridad. Si ese era el lugar a donde iban, no había guardias. ¿Por qué no había guardias? Sería una pregunta que se haría cualquiera que no conociese al clan Uzumaki.
—Bueno... —Hanabi se volteó hacia él y le posó una mano en el hombro, sonriéndole compasivamente—. ¿Preparado? ¿Alguna cosa más que quieras saber antes de entrar?