25/06/2019, 17:34
El Fénix chasqueó la lengua, molesto, cuando la Anciana le impidió disfrutar de lo que quizás sería su último momento de indulgencia; su último cigarrillo. Sí, ya había escuchado antes aquello del "Bautizo del Dragón", e intuía que debía ser una clase de prueba especialmente dura. Las palabras de Otohime no hacían sino reafirmar aquella sospecha, pero llegados a aquel punto, ¿qué otra cosa podía hacer? ¿Acaso iban a dejarle marchar por aquel mismo tobogán de hielo si de repente Akame se arrepentía de sus pecados e imploraba perdón, o clemencia? Claro que no. Y tampoco lo necesitaba; él era un superviviente. No necesitaba perdón, ni piedad. Sólo una oportunidad, un pequeño resquicio que aprovechar...
—La muerte no me es ajena —respondió el Uchiha, encogiéndose de hombros—. Otros lo han intentado antes. Veremos si este Bautizo vuestro tiene mejor puntería.
—La muerte no me es ajena —respondió el Uchiha, encogiéndose de hombros—. Otros lo han intentado antes. Veremos si este Bautizo vuestro tiene mejor puntería.