14/07/2019, 22:17
Atardecía, y el sol besaba tímidamente el horizonte. Eso no impedía que siguiese haciendo calor. Uno no apto para amejines. Uno que permitía freír los huevos en cualquier chapa dejada al sol. Lo peor era que el Uchiha, por si no fuese poco, tenía que aguantar el calor que provenía de las brasas de su parrilla. Un cóctel mortal, que combatía de la mejor manera que sabía: con música; alegría; y mucho, mucho hielo. Vestía con un bañador blanco y rojo, y una camiseta de tirantes negra, con un zorro anaranjado estampado en el pecho.
El vello se le erizó cuando oyó los primeros tonos de una canción que le gustaba mucho, y fue corriendo a subir el volumen de la cadena de música. Fue en ese instante cuando oyó a Nabi por el sello de la Hermandad Intrépida.
No pudo hacer otra cosa que responderle cantando:
Rio. A carcajada limpia. Sin ningún motivo aparente. Entre el potente sonido de la música, oyó a alguien llamando a la puerta. O, mejor dicho, Datsuse lo oyó por él. El Uchiha desactivó el sello de la Hermandad y fue a abrir sin dejar de cantar.
Sonrió de oreja a oreja al verle.
La última exclamación la dijo con rabia, aunque no tardó en reírse al instante mientras le instaba a pasar con un par de palmadas en la espalda. Dio un sorbo a la copa con líquido rojo que tenía en la mano libre y sus ojos se posaron en el siguiente invitado.
—¡Sakura! ¡Qué bueno verte! ¡Pasa, pasa! ¡Eri-chan! ¡Cuánto tiempo! ¡Adelante, adelante!
Les condujo hasta el centro del jardín, donde había una mesa de plástico redonda con una gran jarra de sangría —llena de hielo y fruta troceada—, y otra de daiquiri con fresas. La cadena de música estaba a unos metros, junto a la parrilla donde se estaban haciendo una buena docena de chorizos.
—No, en serio, chicos. ¿Daiquiri o sangría? —quiso saber para poder servirles. Se notaba que él ya llevaba un par de copas encima…
… de cada una.
El vello se le erizó cuando oyó los primeros tonos de una canción que le gustaba mucho, y fue corriendo a subir el volumen de la cadena de música. Fue en ese instante cuando oyó a Nabi por el sello de la Hermandad Intrépida.
No pudo hacer otra cosa que responderle cantando:
«¡Nabi! ¡Que yo sé que he nacido para ser millonario!
¡Como si lloviera lanzando los billetes por los aires!
Un día por Yugakure al siguiente por Kasukami
Siempre bien escoltado, ¡a prueba de kunais!»
¡Como si lloviera lanzando los billetes por los aires!
Un día por Yugakure al siguiente por Kasukami
Siempre bien escoltado, ¡a prueba de kunais!»
Rio. A carcajada limpia. Sin ningún motivo aparente. Entre el potente sonido de la música, oyó a alguien llamando a la puerta. O, mejor dicho, Datsuse lo oyó por él. El Uchiha desactivó el sello de la Hermandad y fue a abrir sin dejar de cantar.
Sonrió de oreja a oreja al verle.
«¡Reiji! Eh, ¿tú sabías que lo que yo quisiera es tener un velero?
De color turquesa y uno de color negro
Pero sé que no puedo hacer todo eso
Hasta el día en que tenga mucho dinero
¡Fucking money, man!»
De color turquesa y uno de color negro
Pero sé que no puedo hacer todo eso
Hasta el día en que tenga mucho dinero
¡Fucking money, man!»
La última exclamación la dijo con rabia, aunque no tardó en reírse al instante mientras le instaba a pasar con un par de palmadas en la espalda. Dio un sorbo a la copa con líquido rojo que tenía en la mano libre y sus ojos se posaron en el siguiente invitado.
—¡Sakura! ¡Qué bueno verte! ¡Pasa, pasa! ¡Eri-chan! ¡Cuánto tiempo! ¡Adelante, adelante!
Les condujo hasta el centro del jardín, donde había una mesa de plástico redonda con una gran jarra de sangría —llena de hielo y fruta troceada—, y otra de daiquiri con fresas. La cadena de música estaba a unos metros, junto a la parrilla donde se estaban haciendo una buena docena de chorizos.
«¿Daiquiri o sangría?
Poppin’ botellas,
Bautizo el velero, compro una estrella
Tengo una isla puesta a mi nombre
¡Fucking money, man!»
Poppin’ botellas,
Bautizo el velero, compro una estrella
Tengo una isla puesta a mi nombre
¡Fucking money, man!»
—No, en serio, chicos. ¿Daiquiri o sangría? —quiso saber para poder servirles. Se notaba que él ya llevaba un par de copas encima…
… de cada una.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado