16/07/2019, 21:03
—¡Hola! —Una voz familiar, al menos para mi, nos saludó—. ¿Venís también a la fiesta de Datsue?
—¡Hola! ¿Eri? —Solo la había visto una vez en la vida y yo no era del todo bueno para los nombres, sobretodo con la poca interacción que habíamos tenido. —Perdona, no se me dan muy bien los nombres. Ella es Sakura.
Ese era de los pocos nombres fáciles de recordar, sobretodo cuando pasas la mayor parte de la vida juntos.
—Hola, encantada. — Saludó Sakura haciendo una pequeña reverencia. —Disculpa al señorito Reiji, entrena mucho el cuerpo y muy poco la mente.
—¡Oye! —Aunque no le faltaba razón. Se echó a reir ante mi queja. —Y no hace falta que me llames se...
La puerta se abrió de golpe y la voz de Datsue me interrumpió.
No entendía nada de nada. Primero la carta extraña, y ahora esto. ¿Estaba enfadado por que no tenia dinero? ¿Era por que yo podía comprar un velero y él no? Pero luego se rió y me empujó para dentro con un par de palmaditas en la espalda.
Mire extrañado a Sakura y a Eri. No entendía nada de lo que pasaba.
—¡Sakura! ¡Qué bueno verte! ¡Pasa, pasa! ¡Eri-chan! ¡Cuánto tiempo! ¡Adelante, adelante!
Datsue nos condujo hasta el jardín, donde tenia una mesa de plástico redonda con... Ah... Claro. Eso explicaba el comportamiento de Datsue. Alchol. No había empezado la fiesta y ya estaba un poco... Mareado.
La comida, eso si, olía de maravilla.
—No, en serio, chicos. ¿Daiquiri o sangría?
—Muchas gracias Datsue-san, pero yo no bebo alchol y el señorito Reiji tampoco.
—No hace falta que me llames señorito, por favor.
No la había traído a la fiesta en calidad de criada, aunque ahora mismo se estaba comportando como tal. Debía ser la costumbre.
Además, me daba muchísima vergüenza que me llamara "señorito".
—¡Hola! ¿Eri? —Solo la había visto una vez en la vida y yo no era del todo bueno para los nombres, sobretodo con la poca interacción que habíamos tenido. —Perdona, no se me dan muy bien los nombres. Ella es Sakura.
Ese era de los pocos nombres fáciles de recordar, sobretodo cuando pasas la mayor parte de la vida juntos.
—Hola, encantada. — Saludó Sakura haciendo una pequeña reverencia. —Disculpa al señorito Reiji, entrena mucho el cuerpo y muy poco la mente.
—¡Oye! —Aunque no le faltaba razón. Se echó a reir ante mi queja. —Y no hace falta que me llames se...
La puerta se abrió de golpe y la voz de Datsue me interrumpió.
¡Reiji! Eh, ¿tú sabías que lo que yo quisiera es tener un velero?
De color turquesa y uno de color negro
Pero sé que no puedo hacer todo eso
Hasta el día en que tenga mucho dinero
¡Fucking money, man!
De color turquesa y uno de color negro
Pero sé que no puedo hacer todo eso
Hasta el día en que tenga mucho dinero
¡Fucking money, man!
No entendía nada de nada. Primero la carta extraña, y ahora esto. ¿Estaba enfadado por que no tenia dinero? ¿Era por que yo podía comprar un velero y él no? Pero luego se rió y me empujó para dentro con un par de palmaditas en la espalda.
Mire extrañado a Sakura y a Eri. No entendía nada de lo que pasaba.
—¡Sakura! ¡Qué bueno verte! ¡Pasa, pasa! ¡Eri-chan! ¡Cuánto tiempo! ¡Adelante, adelante!
Datsue nos condujo hasta el jardín, donde tenia una mesa de plástico redonda con... Ah... Claro. Eso explicaba el comportamiento de Datsue. Alchol. No había empezado la fiesta y ya estaba un poco... Mareado.
La comida, eso si, olía de maravilla.
¿Daiquiri o sangría?
Poppin’ botellas,
Bautizo el velero, compro una estrella
Tengo una isla puesta a mi nombre
¡Fucking money, man!
Poppin’ botellas,
Bautizo el velero, compro una estrella
Tengo una isla puesta a mi nombre
¡Fucking money, man!
—No, en serio, chicos. ¿Daiquiri o sangría?
—Muchas gracias Datsue-san, pero yo no bebo alchol y el señorito Reiji tampoco.
—No hace falta que me llames señorito, por favor.
No la había traído a la fiesta en calidad de criada, aunque ahora mismo se estaba comportando como tal. Debía ser la costumbre.
Además, me daba muchísima vergüenza que me llamara "señorito".