18/07/2019, 04:47
La ecolocalización le otorgó a la guardiana un panorama mucho más claro que aquél sexto sentido que le permitía moverse dentro de su neblina. Las ondas le devolvieron las siluetas del anciano, quien se arrastraba con lentitud por la tierra encharcada, y la de el socio de Ooyu; que corría a toda marcha por la planicie descampada. Por suerte, el tipo no era demasiado rápido, y Ayame tuvo el tiempo suficiente de interceptarlo con con alguna de sus dos yo. Ryaku la miró horrorizado —la neblina, desde luego, ya no gozaba de tanta espesura estando ambos al límite de la técnica—. y trató de rebuscarse algo en los bolsillos con una torpeza digna de un mero civil. Nada a lo que Ayame no pudiera responder apropiadamente sin poner en peligro su vida.
Daruu, por su parte, libraba aún su batalla personal. Bastaba dar un sólo paso. Una última resolución. Pero ahí en dónde debía estar una mujer a su merced, se encontró en cambio con una soberbia sonrisa aguardándole en el velo. El rostro de Nioka se deformó en una morisqueta y...
Una potente explosión envolvió al Amedama que pretendía ponerle las esposas supresoras. A la explosión le acompañó un imperceptible puff proveniente de la desaparición del kage bunshin creado para tal fin, y la llamarada emergente de ese simple pedazo de papel sellado se extendió en un radio de séis metros.
La Nioka real, que había escondido su presencia con una técnica de doton que le permitía hacerse una con la mismísima tierra, y navegar allí abajo como si se tratara del océano; había decidido mucho antes de que la explosión sucediera que jugaría a dos puntas: las fuerzas magnéticas que le servían de brújula allí abajo le habían hecho saber que una segunda figura hizo acto de presencia durante el recorrido que tuvo que realizar Daruu para llegar hasta el lugar en donde había caído inicialmente después del poderoso géiser —ocho metros lineales—. y decidió navegar bajo la tierra hasta su posición, fuera cual fuera, y ejecutar el Shinjū Zanshu no Jutsu para enterrarlo completamente.
Daruu, por su parte, libraba aún su batalla personal. Bastaba dar un sólo paso. Una última resolución. Pero ahí en dónde debía estar una mujer a su merced, se encontró en cambio con una soberbia sonrisa aguardándole en el velo. El rostro de Nioka se deformó en una morisqueta y...
¡BOOOOOOOOOOOOOM!
Una potente explosión envolvió al Amedama que pretendía ponerle las esposas supresoras. A la explosión le acompañó un imperceptible puff proveniente de la desaparición del kage bunshin creado para tal fin, y la llamarada emergente de ese simple pedazo de papel sellado se extendió en un radio de séis metros.
La Nioka real, que había escondido su presencia con una técnica de doton que le permitía hacerse una con la mismísima tierra, y navegar allí abajo como si se tratara del océano; había decidido mucho antes de que la explosión sucediera que jugaría a dos puntas: las fuerzas magnéticas que le servían de brújula allí abajo le habían hecho saber que una segunda figura hizo acto de presencia durante el recorrido que tuvo que realizar Daruu para llegar hasta el lugar en donde había caído inicialmente después del poderoso géiser —ocho metros lineales—. y decidió navegar bajo la tierra hasta su posición, fuera cual fuera, y ejecutar el Shinjū Zanshu no Jutsu para enterrarlo completamente.