21/07/2019, 12:45
Había mucho a lo que reaccionar y mis dos neuronas no estaban acostumbradas a ese sobreesfuerzo, así que me costó más de dos segundos soltar mi primera impresión de lo que había a mi alrededor.
— ¿Eh?
Estaba Eri, otra chica que igual debería saber quien era pero ni idea, el chaval ese tan majo que apareció en el examen que se desmadró y que igual también debería recordar su nombre, vamos, que aquello parecía una fiesta. ¿Una fiesta? ¡Y Datsue no me había invitado! ¡Habrase visto!
Reculé mentalmente mientras mi trasero hablaba en un color azulado. Espera. ¿Podía ser...? ¿Era posible...? Igual la nota esa tan extraña era una invitación. ¡Joder, Datsue, podías ser un poco más claro!
El olor de la barbacoa entró tras esperar la cola de mis pensamientos, que iba lenta. Me levanté y me acerqué a ver que se cocía, no literalmente, porque las barbacoas no cuecen. Entonces vi a Eri y volví a pensar y todo se volvió colapsar y entonces volví a pensar en Datsue. ¿No estaba secuestrado?
— Pero, ¿qué está pasando aquí? ¡Datsue!
Me acerqué a él que aún estaba en el suelo y lo levanté, el pobre chaval no podía con su alma y eso que solo le habíamos caido dos pesos pluma encima. Esta juventud.
— ¿Qué es esto, Datsue? ¿Una fiesta? ¿Y no me invitas? ¿Y esa nota tan rara? ¿Qué significa todo esto? — le gritaba mientras lo zarandeaba.
Stuffy aprovechaba la confusión para ir saludando a todos los que le caían bien de la fiesta y ver si le daban algo de comida. Primero fue a Reiji, que era su heroe salvador, y despues a Eri, que además de ser como su segunda madre, estaba al lado de la barbacoa y eso daba muchos puntos.
— ¿Eh?
Estaba Eri, otra chica que igual debería saber quien era pero ni idea, el chaval ese tan majo que apareció en el examen que se desmadró y que igual también debería recordar su nombre, vamos, que aquello parecía una fiesta. ¿Una fiesta? ¡Y Datsue no me había invitado! ¡Habrase visto!
Reculé mentalmente mientras mi trasero hablaba en un color azulado. Espera. ¿Podía ser...? ¿Era posible...? Igual la nota esa tan extraña era una invitación. ¡Joder, Datsue, podías ser un poco más claro!
El olor de la barbacoa entró tras esperar la cola de mis pensamientos, que iba lenta. Me levanté y me acerqué a ver que se cocía, no literalmente, porque las barbacoas no cuecen. Entonces vi a Eri y volví a pensar y todo se volvió colapsar y entonces volví a pensar en Datsue. ¿No estaba secuestrado?
— Pero, ¿qué está pasando aquí? ¡Datsue!
Me acerqué a él que aún estaba en el suelo y lo levanté, el pobre chaval no podía con su alma y eso que solo le habíamos caido dos pesos pluma encima. Esta juventud.
— ¿Qué es esto, Datsue? ¿Una fiesta? ¿Y no me invitas? ¿Y esa nota tan rara? ¿Qué significa todo esto? — le gritaba mientras lo zarandeaba.
Stuffy aprovechaba la confusión para ir saludando a todos los que le caían bien de la fiesta y ver si le daban algo de comida. Primero fue a Reiji, que era su heroe salvador, y despues a Eri, que además de ser como su segunda madre, estaba al lado de la barbacoa y eso daba muchos puntos.
—Nabi—