21/07/2019, 13:48
«Esto no es bueno…» Que lo tirasen al suelo, que lo levantasen de golpe, ahora que lo sacudiesen mientras le bombardeaban con una pregunta tras otra… Su cabeza no paraba de moverse, de marearse. Y con el par de copitas que se había tomado, sabía que aquello no acababa en nada bueno.
Sus músculos se tensaron, tratando de ofrecer algo de resistencia. Y… ¡vaya si lo hicieron! ¡De pasar de ser una hojita al merced de la marea a un auténtico bastión! «La hostia, pero si…» ¡Si es que estaba tonto! Quizá su cerebro todavía no lo tuviese del todo asimilado, ¡pero ahora estaba jodidamente fuerte! ¿Qué era un chico que ni debía llegar a los setenta kilogramos, cuándo él cargaba jodidos troncos por la playa?
De hecho… Sonrió. Tomó a Nabi por el cuello de su camiseta y el pantalón y…
—¡Yyyyyaaaaaaavooooolaaaaaaaarrrr!
Oh, sí. Y lo mandó volando. Como si no fuese más que una jabalina que tratase de estampar contra el portal de su casa.
—¡Yeeeeehhhhaaaaaaaaaaa! —«¡A mamarla, cabrón!»
La felicidad, no obstante, le duró bien poco. Arrugó el ceño, mientras negaba con el dedo índice.
—Oh, no, no, no, no. Eso sí que no.
La canción que empezó a sonar, de la misma cantante que la anterior, pedía a Izanagi que la librase del dinero. ¿Cómo se podía hacer una canción tan maravillosa y unirla con una tan horrenda? Tuvo que ir corriendo a cambiarla por otra, golpeando frenéticamente el botón de siguiente.
«Oh, ¡esta sí es buena!», pensó para sí, nada más reconocerla por las primeras notas. Sin poder evitarlo, su cuerpo empezó a bailar al son de la música. «Vamo pa’ la playa, pa’ curarte el alma. ¡¡Yeeeehhhhhaaaaa!!»
Sus músculos se tensaron, tratando de ofrecer algo de resistencia. Y… ¡vaya si lo hicieron! ¡De pasar de ser una hojita al merced de la marea a un auténtico bastión! «La hostia, pero si…» ¡Si es que estaba tonto! Quizá su cerebro todavía no lo tuviese del todo asimilado, ¡pero ahora estaba jodidamente fuerte! ¿Qué era un chico que ni debía llegar a los setenta kilogramos, cuándo él cargaba jodidos troncos por la playa?
De hecho… Sonrió. Tomó a Nabi por el cuello de su camiseta y el pantalón y…
—¡Yyyyyaaaaaaavooooolaaaaaaaarrrr!
Oh, sí. Y lo mandó volando. Como si no fuese más que una jabalina que tratase de estampar contra el portal de su casa.
—¡Yeeeeehhhhaaaaaaaaaaa! —«¡A mamarla, cabrón!»
La felicidad, no obstante, le duró bien poco. Arrugó el ceño, mientras negaba con el dedo índice.
—Oh, no, no, no, no. Eso sí que no.
La canción que empezó a sonar, de la misma cantante que la anterior, pedía a Izanagi que la librase del dinero. ¿Cómo se podía hacer una canción tan maravillosa y unirla con una tan horrenda? Tuvo que ir corriendo a cambiarla por otra, golpeando frenéticamente el botón de siguiente.
«Oh, ¡esta sí es buena!», pensó para sí, nada más reconocerla por las primeras notas. Sin poder evitarlo, su cuerpo empezó a bailar al son de la música. «Vamo pa’ la playa, pa’ curarte el alma. ¡¡Yeeeehhhhhaaaaa!!»
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado