29/07/2019, 07:09
—Patética. —Y hubiesen podido darle una bofetada en aquel momento, que no le hubiese ofendido más.
«Patética… ¿Patética? ¡Esta cabrona de qué se va!» Pero no era cosa exclusiva de Mishiko. Sanona mismo opinaba que su respuesta había sido escasa, y se jugaría mil ryos a que Ryoukajiin pensaba igual. No, ellos no eran unos kusareños a los que se podía impresionar con un par de palabras rimbombantes y una sonrisa traviesa. Eran ancianos, eran sabios, y habían visto y oído de todo.
Se pasó la lengua por los dientes, pensativo, mientras sus ojos se paseaban por el reducido Consejo de Sabios. Entonces, levantó una mano, como si estuviese en la Academia pidiendo el turno de palabra. Ahí iba su segundo intento.
—Tienen razón. Ha sido escasa —tuvo que reconocer—. Akimichi Daigo. Uzumaki Shiona. —¿Cómo no lo había pensado antes? Nada como analizar el mandato de sus dos mejores Kages, con permiso de Shiomaru y un todavía muy joven Hanabi, para saber qué era lo más importante—. Dos de nuestros Kages más longevos. Cuando pienso en su legado, pienso en años de paz, de prosperidad, de riqueza. Puedes tener más o menos labia. Puedes caerle a la gente mejor o peor. Pero si sabes conducir a la Villa para que siga creciendo alejada de guerras innecesarias, entonces la gente recordará con orgullo tu mandato. Porque habrás sido un buen Kage. Porque ese es nuestro objetivo, ¿no? Conseguir una Villa unida, fuerte… y feliz.
»Antes pensaba distinto. Creía que ser fuertes, mostrarnos fuertes, era lo más importante. Lo creí por mucho tiempo. Hasta que vi a Hanabi en el examen Chunin, cuando Ayame perdió el control. El temple con el que actuó… —ladeó la cabeza y echó aire por la nariz, amagando una sonrisa—. Una parte de mí no lo entendió en aquel momento. Cuando me enteré que habían intentado matar a Akame, eché de menos una respuesta más contundente. Pero, ahora… Ahora lo comprendo.
Le faltaban dedos para contar la de veces que había criticado con Akame aquellas endebles decisiones. Cuan errado había estado. ¿Endebles? Lo habían sido ellos: niños actuando a base de orgullo y revancha.
—Cuando uno nace en una época de paz, hay ciertas cosas que no sabe apreciar. La tensión que se respiraba después de aquello… Los nervios al cruzarte con un ninja extranjero… —suspiró. No habían sido días fáciles, desde luego—. La tranquilidad que vuelve a reinar, al menos entre las tres Villas, es impagable. Y creo que Hanabi jugó un papel fundamental en eso, para dar pie a la nueva Alianza.
»Respecto a la prosperidad y la riqueza que comentaba antes… Bueno, creo que aquí el mejor ejemplo actual, o en el que yo más me fijo, y no me creo que vaya a decirlo, es Yui. Ese ferrocarril que se sacaron de la manga va a facilitar la vida a mucha gente y a generar riqueza para todos. Qué decir de los teléfonos, super cómodos. ¡Y hasta se inventaron un fuuinjutsu para mejorar la seguridad de nuestra Villa! —Se preguntó si el Consejo tenía el orgullo tocado por ello, teniendo la fama que tenían—. Están revolucionando Oonindo, y honestamente, si algún día me elegís como Uzukage, y no consigo en mi mandato instaurar mi propia revolución, con la de pioneros que tenemos en técnicas de sellado y genios en muchas otras materias, lo consideraré un rotundo fracaso por mi parte.
Sin excusas. Sin medias tintas. En Uzu había oro en forma de ninjas y era responsabilidad del Kage saber sacarlo a relucir.
«Patética… ¿Patética? ¡Esta cabrona de qué se va!» Pero no era cosa exclusiva de Mishiko. Sanona mismo opinaba que su respuesta había sido escasa, y se jugaría mil ryos a que Ryoukajiin pensaba igual. No, ellos no eran unos kusareños a los que se podía impresionar con un par de palabras rimbombantes y una sonrisa traviesa. Eran ancianos, eran sabios, y habían visto y oído de todo.
Se pasó la lengua por los dientes, pensativo, mientras sus ojos se paseaban por el reducido Consejo de Sabios. Entonces, levantó una mano, como si estuviese en la Academia pidiendo el turno de palabra. Ahí iba su segundo intento.
—Tienen razón. Ha sido escasa —tuvo que reconocer—. Akimichi Daigo. Uzumaki Shiona. —¿Cómo no lo había pensado antes? Nada como analizar el mandato de sus dos mejores Kages, con permiso de Shiomaru y un todavía muy joven Hanabi, para saber qué era lo más importante—. Dos de nuestros Kages más longevos. Cuando pienso en su legado, pienso en años de paz, de prosperidad, de riqueza. Puedes tener más o menos labia. Puedes caerle a la gente mejor o peor. Pero si sabes conducir a la Villa para que siga creciendo alejada de guerras innecesarias, entonces la gente recordará con orgullo tu mandato. Porque habrás sido un buen Kage. Porque ese es nuestro objetivo, ¿no? Conseguir una Villa unida, fuerte… y feliz.
»Antes pensaba distinto. Creía que ser fuertes, mostrarnos fuertes, era lo más importante. Lo creí por mucho tiempo. Hasta que vi a Hanabi en el examen Chunin, cuando Ayame perdió el control. El temple con el que actuó… —ladeó la cabeza y echó aire por la nariz, amagando una sonrisa—. Una parte de mí no lo entendió en aquel momento. Cuando me enteré que habían intentado matar a Akame, eché de menos una respuesta más contundente. Pero, ahora… Ahora lo comprendo.
Le faltaban dedos para contar la de veces que había criticado con Akame aquellas endebles decisiones. Cuan errado había estado. ¿Endebles? Lo habían sido ellos: niños actuando a base de orgullo y revancha.
—Cuando uno nace en una época de paz, hay ciertas cosas que no sabe apreciar. La tensión que se respiraba después de aquello… Los nervios al cruzarte con un ninja extranjero… —suspiró. No habían sido días fáciles, desde luego—. La tranquilidad que vuelve a reinar, al menos entre las tres Villas, es impagable. Y creo que Hanabi jugó un papel fundamental en eso, para dar pie a la nueva Alianza.
»Respecto a la prosperidad y la riqueza que comentaba antes… Bueno, creo que aquí el mejor ejemplo actual, o en el que yo más me fijo, y no me creo que vaya a decirlo, es Yui. Ese ferrocarril que se sacaron de la manga va a facilitar la vida a mucha gente y a generar riqueza para todos. Qué decir de los teléfonos, super cómodos. ¡Y hasta se inventaron un fuuinjutsu para mejorar la seguridad de nuestra Villa! —Se preguntó si el Consejo tenía el orgullo tocado por ello, teniendo la fama que tenían—. Están revolucionando Oonindo, y honestamente, si algún día me elegís como Uzukage, y no consigo en mi mandato instaurar mi propia revolución, con la de pioneros que tenemos en técnicas de sellado y genios en muchas otras materias, lo consideraré un rotundo fracaso por mi parte.
Sin excusas. Sin medias tintas. En Uzu había oro en forma de ninjas y era responsabilidad del Kage saber sacarlo a relucir.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado