14/08/2019, 03:45
Cuando Daruu inclinó la cabeza, pudo comprobar que Yui no parecía estar prestándole demasiada atención. Lo cierto es que escuchaba todo lo que le decía, y planeaba responderle; pero sus ojos no se habían movido de Nioka desde que hizo acto de presencia. El ristre que le abordaba era el de una mujer meditabunda, que trataba de discernir cómo iba a disfrutar saldando las cuentas pendientes con la montaña. Una de tres.
Una de tres.
Una de tres.
—Shanise estará ahí a la hora que quieras —dijo—. pero yo que tú, Amedama, no aguardaría tanto tiempo para dar el próximo golpe. Aún tienes que traerme a las otras dos —aseveró, saboreando la pequeñísima victoria—. no debe quedar una libre. Ni una.
»Ve. Yo tengo que ponerme al día con una vieja amiga...
Otro gasto de chakra. Otro despilfarro de energía. Otro golpe anímico a su cuerpo, y por tanto, a su capacidad de estar de pie. Oh, Shinogi-To sí que estaba lejos... muy lejos.
Una de tres.
Una de tres.
—Shanise estará ahí a la hora que quieras —dijo—. pero yo que tú, Amedama, no aguardaría tanto tiempo para dar el próximo golpe. Aún tienes que traerme a las otras dos —aseveró, saboreando la pequeñísima victoria—. no debe quedar una libre. Ni una.
»Ve. Yo tengo que ponerme al día con una vieja amiga...
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Otro gasto de chakra. Otro despilfarro de energía. Otro golpe anímico a su cuerpo, y por tanto, a su capacidad de estar de pie. Oh, Shinogi-To sí que estaba lejos... muy lejos.