14/08/2019, 20:16
—¿¡Cómo osas hablarle así al Consejo de Sabios Uzumaki!? —bramó Mishiko, que se levantó hecha una furia—. ¡Si sabía yo que en el fondo no eras más que un niño respondón! ¡Si lo sabía yo! —Se inclinó encima de su tarima, las palmas de las manos firmemente posadas en la madera—. ¡Lo que ocurre es que pretendes que confiemos en ti ciegamente sin que tú confíes en nosotros, Uchiha!
—Mishiko, ya basta, es comprensible que...
—¡No! —gritó Mishiko—. ¡Si le hago pasar por esto es porque no soy capaz de creer en él, y porque quiero creerle! ¡Quiero terminar de sellar mi confianza en Hanabi! ¡Pero como no puedo creer en él, apuesto por él! ¡Quiero tener mi certeza!
»¿Pero saben qué? ¡Lo que pasa es que no se atreve! ¡Eso es lo que...!
¡Chak!
Pese a que la Hoja de Shiomaru parecía más bien roma cuando la cogió, atravesó la carne con suma facilidad, como un hierro candente lo haría con un bloque de manteca. Las letras de la Hoja surgieron como surcos, cuerdas negras que se extendieron del agujero en el pecho rodeándole el torso, los brazos, las piernas. Datsue dejó caer, involuntariamente, los brazos a ambos lados del cuerpo, y vio como sus piernas se doblaban, llevándole a arrodillarse en el suelo. Extrañamente, no le dolía. ¿Sería aquello la muerte? ¿No sentir nada, ni el filo que ha acabado contigo?
Oh, pero Datsue seguía consciente. Muy consciente, de hecho. Toda su piel vibraba con una intensidad que sólo había sentido cuando el chakra de Shukaku se apoderaba de él. Además, el Fuuinjutsu de Shiomaru tenía un extraño efecto sobre su cuerpo. Tanto el sello del bijuu como las marcas de su técnica de comunicación le quemaban. Le ardían. ¿Estaba el sello de Shiomaru afectando el funcionamiento normal de los sellos de Datsue? Fuera como fuere, el bijuu no salió despedido de su tripa como una bala, desde luego, y si alguno de sus amigos había podido oírle, no le había apetecido contestarle. Lo cierto es que aunque lo hubieran hecho, no habría podido escucharles de vuelta.
Pero la herida comenzó a sangrar, y él comenzó a marearse. La sensación ardiente había desaparecido. La sangre era... demasiada. Demasiada incluso para una herida como aquella. bañó sus ropas y cayó al suelo desparramándose como el agua de una tubería rota. La sangre flujó como un río, rodeándole y extendiéndose en un surco curvo que formó una espiral por toda la habitación. Una espiral de Uzushiogakure.
Y entonces, una voz masculina habló desde todos lados y desde ninguno.
La sangre fue la primera en volver al cuerpo de Uchiha Datsue. Trazando el surco de vuelta, se introdujo de nuevo en la herida. El Fuuinjutsu que contenía lo hizo después. Las letras volvieron a escurrirse hacia adentro, y luego hacia fuera, hacia la hoja. Y la espada salió, limpia, sin un rastro de sangre. Cayó al suelo con un leve tintineo metálico. El corte en la carne, en la piel... desapareció.
...y Uchiha Datsue volvió a respirar.
Se encontró con una mano amiga, tendida hacia él, que le ofrecía ayuda para levantarse. Se trataba de Uzumaki Mishiko, que le observaba pálida como la luna llena.
—P... perdóname.
—Mishiko, ya basta, es comprensible que...
—¡No! —gritó Mishiko—. ¡Si le hago pasar por esto es porque no soy capaz de creer en él, y porque quiero creerle! ¡Quiero terminar de sellar mi confianza en Hanabi! ¡Pero como no puedo creer en él, apuesto por él! ¡Quiero tener mi certeza!
»¿Pero saben qué? ¡Lo que pasa es que no se atreve! ¡Eso es lo que...!
¡Chak!
Pese a que la Hoja de Shiomaru parecía más bien roma cuando la cogió, atravesó la carne con suma facilidad, como un hierro candente lo haría con un bloque de manteca. Las letras de la Hoja surgieron como surcos, cuerdas negras que se extendieron del agujero en el pecho rodeándole el torso, los brazos, las piernas. Datsue dejó caer, involuntariamente, los brazos a ambos lados del cuerpo, y vio como sus piernas se doblaban, llevándole a arrodillarse en el suelo. Extrañamente, no le dolía. ¿Sería aquello la muerte? ¿No sentir nada, ni el filo que ha acabado contigo?
Oh, pero Datsue seguía consciente. Muy consciente, de hecho. Toda su piel vibraba con una intensidad que sólo había sentido cuando el chakra de Shukaku se apoderaba de él. Además, el Fuuinjutsu de Shiomaru tenía un extraño efecto sobre su cuerpo. Tanto el sello del bijuu como las marcas de su técnica de comunicación le quemaban. Le ardían. ¿Estaba el sello de Shiomaru afectando el funcionamiento normal de los sellos de Datsue? Fuera como fuere, el bijuu no salió despedido de su tripa como una bala, desde luego, y si alguno de sus amigos había podido oírle, no le había apetecido contestarle. Lo cierto es que aunque lo hubieran hecho, no habría podido escucharles de vuelta.
Pero la herida comenzó a sangrar, y él comenzó a marearse. La sensación ardiente había desaparecido. La sangre era... demasiada. Demasiada incluso para una herida como aquella. bañó sus ropas y cayó al suelo desparramándose como el agua de una tubería rota. La sangre flujó como un río, rodeándole y extendiéndose en un surco curvo que formó una espiral por toda la habitación. Una espiral de Uzushiogakure.
Y entonces, una voz masculina habló desde todos lados y desde ninguno.
Eres un chico charlatán, metomentodo y liante.
Eres un mentiroso, un maquinador, y un orgulloso.
Tienes ambición desmedida, y un gusto enorme por el oro...
...y una habilidad desmedida para meterte en problemas.
...no obstante.
No dudas en hablar para atar vínculos que se han roto. Intercedes en disputas que no te incumben para ayudar a tus compañeros. Siempre que te excedes, sientes un profundo arrepentimiento. Está en tu corazón.
Mentirías para servir a los tuyos. Trazarías un plan excelente en beneficio de la Espiral. Sientes en tu persona el orgullo de ser uzujin. Está en tu corazón.
Tu ambición nunca olvida a tus amigos. Hasta el punto de haber sido tan ambicioso como para cometer locuras por amor. Está en tu corazón.
Que tu gusto por el oro nos traiga riqueza a todos.
Que tus problemas sean los nuestros, y que los nuestros sean los tuyos.
Siente el corazón de Uzushiogakure en el tuyo. Siento tu corazón. Ahora yo siento el tuyo.
Y ahora... estaré en tu corazón.
Larga vida a Uzushiogakure.
Eres un mentiroso, un maquinador, y un orgulloso.
Tienes ambición desmedida, y un gusto enorme por el oro...
...y una habilidad desmedida para meterte en problemas.
...no obstante.
No dudas en hablar para atar vínculos que se han roto. Intercedes en disputas que no te incumben para ayudar a tus compañeros. Siempre que te excedes, sientes un profundo arrepentimiento. Está en tu corazón.
Mentirías para servir a los tuyos. Trazarías un plan excelente en beneficio de la Espiral. Sientes en tu persona el orgullo de ser uzujin. Está en tu corazón.
Tu ambición nunca olvida a tus amigos. Hasta el punto de haber sido tan ambicioso como para cometer locuras por amor. Está en tu corazón.
Que tu gusto por el oro nos traiga riqueza a todos.
Que tus problemas sean los nuestros, y que los nuestros sean los tuyos.
Siente el corazón de Uzushiogakure en el tuyo. Siento tu corazón. Ahora yo siento el tuyo.
Y ahora... estaré en tu corazón.
Larga vida a Uzushiogakure.
La sangre fue la primera en volver al cuerpo de Uchiha Datsue. Trazando el surco de vuelta, se introdujo de nuevo en la herida. El Fuuinjutsu que contenía lo hizo después. Las letras volvieron a escurrirse hacia adentro, y luego hacia fuera, hacia la hoja. Y la espada salió, limpia, sin un rastro de sangre. Cayó al suelo con un leve tintineo metálico. El corte en la carne, en la piel... desapareció.
...y Uchiha Datsue volvió a respirar.
Se encontró con una mano amiga, tendida hacia él, que le ofrecía ayuda para levantarse. Se trataba de Uzumaki Mishiko, que le observaba pálida como la luna llena.
—P... perdóname.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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