15/08/2019, 19:21
Y entonces sintió que se ahogaba.
—¡Aaaahhh! —chilló la kunoichi, incorporándose de golpe. Tenía la cara empapada y Daruu mirándola de cerca, expectante.
—¡Vamos! ¡Cambiate al menos, y luego duermes tranquilamente, joder! ¡Que hemos quedado esta noche con Shanise-senpai!
—¡¡Joooooo!! —aulló Ayame, dejándose caer de espaldas de nuevo contra el suelo y estampándose sendas manos contra los ojos y restregándoselas por la cara con desesperación—. ¡Estoy muy cansada, jolín!
Aún seguía quejándose y blasfemando entre ininteligibles balbuceos cuando reunió la suficiente entereza para levantarse y avanzar entre débiles trompicones hacia el baño. De mala gana se encerró de un portazo, tiró la ropa manchada de barro sobre el lavabo y se metió en la ducha. Ya se preocuparía de lavarla más tarde. Casi fue un milagro que no se durmiera allí mismo, de pie bajo el agua caliente. Una media hora después, completamente limpia y ataviada con un kimono ligero de color azul, la muchacha salió del cuarto de baño y, sin mediar palabra alguna, se dejó caer sobre la cama.
Volvió a dormirse prácticamente al instante.
—¡Aaaahhh! —chilló la kunoichi, incorporándose de golpe. Tenía la cara empapada y Daruu mirándola de cerca, expectante.
—¡Vamos! ¡Cambiate al menos, y luego duermes tranquilamente, joder! ¡Que hemos quedado esta noche con Shanise-senpai!
—¡¡Joooooo!! —aulló Ayame, dejándose caer de espaldas de nuevo contra el suelo y estampándose sendas manos contra los ojos y restregándoselas por la cara con desesperación—. ¡Estoy muy cansada, jolín!
Aún seguía quejándose y blasfemando entre ininteligibles balbuceos cuando reunió la suficiente entereza para levantarse y avanzar entre débiles trompicones hacia el baño. De mala gana se encerró de un portazo, tiró la ropa manchada de barro sobre el lavabo y se metió en la ducha. Ya se preocuparía de lavarla más tarde. Casi fue un milagro que no se durmiera allí mismo, de pie bajo el agua caliente. Una media hora después, completamente limpia y ataviada con un kimono ligero de color azul, la muchacha salió del cuarto de baño y, sin mediar palabra alguna, se dejó caer sobre la cama.
Volvió a dormirse prácticamente al instante.