22/08/2019, 03:52
—Pero precisamente también es algo que juega a nuestro favor —explicó Daruu, ayudándose de sus manos—. Gran parte del miedo que vi en los ojos de Nioka fue porque se notaba su incertidumbre. No sabía el quién ni el por qué la estaban cazando.
—Quizás predijeron que sería Kiroe-san quien mordiera el anzuelo. Que su hijo no iba a prevalecer después de perder sus ojos, ni mucho menos que fueras tú el que fuera a por ellas —añadió dentro de la tormenta de ideas que se suscitaban entre Daruu y Ayame.
—Por otra parte, cuando estuvimos en El Mal del Ojo pude ver una especie de bodega subterránea... Quizás la otra Náyade se escabuyó por ella, quizás esa bodega conduce precisamente a esos túneles...
—Sí, eso está claro. Lo que dice Shanise es que quizás pudieramos entrar por otro lado y así pillarlas un poco más por sorpresa.
—Exactamente.
»A ver, Shanise-senpai... lo que está claro es que esa sala rodeada de serpientes... está ahí como una trampa. Habría que tener cuidado a la hora de entrar. Quizás incluso deberíamos de ocuparnos de Naia mucho antes de recuperarlos. Quizás están esperando a que alguien vaya a por los ojos, pero no a que alguien vaya a por ellas. O, si vamos a por ellas, no sabrán quién es el peligro. Si vamos a por los ojos... ya pueden imaginarse algo más. Y prepararse para ello.
—Sí. Lo que está claro es que no lograrás una cosa sin la otra. Nosotros lo sabemos. Ellas lo saben. Esos ojos no saldrán de ahí sin que ella caiga, pues no lo va a permitir. Después de todo, como tú lo dijiste: su motivación es la venganza, y si realmente esperaba a que tu madre fuera a por ella, en las condiciones que fuese, debemos suponer que va a estar preparada para ello. Los bloqueos mentales son una muestra de ello, y ese recuerdo a la deriva, en particular, lo certifica.
»Entonces, pensemos. ¿Qué juega a nuestro favor? ¿qué tenemos sobre la mesa que las Náyades no puedan controlar? ¿Los mapados? ¿Las rutas subterráneas? Uhm... —los ojos de la Hozuki lucían apaciguados, aunque expectantes. Se podía decir que tenía toda la mirada de un instructor que aguarda paciente la respuesta de sus alumnos.
—Quizás predijeron que sería Kiroe-san quien mordiera el anzuelo. Que su hijo no iba a prevalecer después de perder sus ojos, ni mucho menos que fueras tú el que fuera a por ellas —añadió dentro de la tormenta de ideas que se suscitaban entre Daruu y Ayame.
—Por otra parte, cuando estuvimos en El Mal del Ojo pude ver una especie de bodega subterránea... Quizás la otra Náyade se escabuyó por ella, quizás esa bodega conduce precisamente a esos túneles...
—Sí, eso está claro. Lo que dice Shanise es que quizás pudieramos entrar por otro lado y así pillarlas un poco más por sorpresa.
—Exactamente.
»A ver, Shanise-senpai... lo que está claro es que esa sala rodeada de serpientes... está ahí como una trampa. Habría que tener cuidado a la hora de entrar. Quizás incluso deberíamos de ocuparnos de Naia mucho antes de recuperarlos. Quizás están esperando a que alguien vaya a por los ojos, pero no a que alguien vaya a por ellas. O, si vamos a por ellas, no sabrán quién es el peligro. Si vamos a por los ojos... ya pueden imaginarse algo más. Y prepararse para ello.
—Sí. Lo que está claro es que no lograrás una cosa sin la otra. Nosotros lo sabemos. Ellas lo saben. Esos ojos no saldrán de ahí sin que ella caiga, pues no lo va a permitir. Después de todo, como tú lo dijiste: su motivación es la venganza, y si realmente esperaba a que tu madre fuera a por ella, en las condiciones que fuese, debemos suponer que va a estar preparada para ello. Los bloqueos mentales son una muestra de ello, y ese recuerdo a la deriva, en particular, lo certifica.
»Entonces, pensemos. ¿Qué juega a nuestro favor? ¿qué tenemos sobre la mesa que las Náyades no puedan controlar? ¿Los mapados? ¿Las rutas subterráneas? Uhm... —los ojos de la Hozuki lucían apaciguados, aunque expectantes. Se podía decir que tenía toda la mirada de un instructor que aguarda paciente la respuesta de sus alumnos.