27/08/2019, 18:19
Datsue devolvió el abrazo de Hanabi con una afable sonrisa y dándole un par de palmadas amistosas en la espalda. Pensando, todavía, en lo que acababa de suceder. En la espada que se había clavado en su pecho. En la decisión final del Consejo. Pero, especialmente, en las palabras del espíritu de Shiomaru, que tan extrañamente tranquilo le habían dejado.
Una parte de él, sin embargo, todavía se preguntaba si aquello era real o no se trataría de un sueño suyo muy, pero que muy retorcido. No por haber sobrevivido a una estocada en el corazón. Ni por haber conocido a los Sabios del Consejo. Sino porque, y ahora lo empezaba a asimilar, de verdad le habían dado el beneplácito para…
—¡Datsue! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué han tardado tanto? ¿Cómo ha ido?
Cuando se separaron, Datsue puso cara de extrema gravedad.
—No sé ni por dónde empezar, Hanabi-sama. Lo que sucedió ahí dentro… —tomó aire y lo dejó escapar muy lentamente por la boca—. Creo que vamos a tener que tomarnos una copita bien cargada, porque… El resultado no podría haber sido más terrible. Verá, los tres, y cuando digo los tres digo los tres, sin ninguna flaqueza por parte de ninguno, me han…
»Me han dicho que…
Algo inaudito. Algo impensable días atrás. Qué días, ¡ni siquiera horas!
»Pues que… —se abrió de brazos—. ¡¿Pues qué iba a ser, Hanabi-sama?! ¡Pues que por supuestísimo que me dan su beneplácito! ¡Si ya le dije yo que no le fallaría, hombre! ¡¿Se lo dije o no se lo dije?! —exclamó con júbilo—. Solo tuve que clavarme una espada en el pecho, y a partir de ahí fue coser y cantar. ¡Coser y cantar, le digo!
Una parte de él, sin embargo, todavía se preguntaba si aquello era real o no se trataría de un sueño suyo muy, pero que muy retorcido. No por haber sobrevivido a una estocada en el corazón. Ni por haber conocido a los Sabios del Consejo. Sino porque, y ahora lo empezaba a asimilar, de verdad le habían dado el beneplácito para…
—¡Datsue! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué han tardado tanto? ¿Cómo ha ido?
Cuando se separaron, Datsue puso cara de extrema gravedad.
—No sé ni por dónde empezar, Hanabi-sama. Lo que sucedió ahí dentro… —tomó aire y lo dejó escapar muy lentamente por la boca—. Creo que vamos a tener que tomarnos una copita bien cargada, porque… El resultado no podría haber sido más terrible. Verá, los tres, y cuando digo los tres digo los tres, sin ninguna flaqueza por parte de ninguno, me han…
»Me han dicho que…
Algo inaudito. Algo impensable días atrás. Qué días, ¡ni siquiera horas!
»Pues que… —se abrió de brazos—. ¡¿Pues qué iba a ser, Hanabi-sama?! ¡Pues que por supuestísimo que me dan su beneplácito! ¡Si ya le dije yo que no le fallaría, hombre! ¡¿Se lo dije o no se lo dije?! —exclamó con júbilo—. Solo tuve que clavarme una espada en el pecho, y a partir de ahí fue coser y cantar. ¡Coser y cantar, le digo!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado