27/08/2019, 23:15
—¡Que ya estoy calmado, cojones! ¿¡No ves lo tranquilo que estoy!? ¿¡LO QUIETO QUE ESTOY!? ¡Pues eso, cojones, pues eso!
— ¡Pues calmate más!
La gente empezó a arremolinarse alrededor de la victima, mientras esta hacía de todo menos cooperar. Reiji empezó a decir no sé qué de una apuesta que Datsue tenía conmigo. Obviamente iba a protestar, cuando dijo algo de que yo había ganado. No recordaba la apuesta, pero Reiji parecía de fiar si decía que yo había ganado algo.
— Eso, Datsue, me debes 100 ryos de la apuesta. Trae va, que te saco de ahí. Apartaos un poco.
Podían no hacerme caso, pero tras hacer una serie corta de sellos, el suelo alrededor de Datsue empezaría a elevarse y con que él ayudara un poco, a resquebrajarse para que pudiese salir sin problema.
Al mismo tiempo, y sin que ningún humano le prestase mucha atención, Datsuse estaría abalanzandose sobre mí. Sin embargo, lo que el felpudo dorado no sabía era que había alguien que comprendía sus instintos perrunos y que le doblaba o incluso triplicaba en tamaño y fuerza, ese alguien era el único y legendario Stuffy. Al ver las intenciones hostiles de Datsuse tuvo que interceptarlo, aunque fuese por joderle y que se quedase con la frustración, pero tenía que hacerlo.
Stuffy placó a Datsuse en el aire, quien voló hasta una silla cercana y chocó, haciendo un sonidito agudo que era más propio de un peluche que de un perro. Al caer, se levantó rápidamente y empezó a gruñir a Stuffy y a dar vueltas a su alrededor esperando el momento de abalanzarse, a lo que mi perro ni reaccionó, como si oyese llover.
— Hala, ya está. Ten más cuidado la próxima vez que te juegues algo conmigo, eh, musculitos.
Le di un par de palmaditas en la espalda mientras mantenía una mano extendida ante él esperando mis ryos.
— ¡Pues calmate más!
La gente empezó a arremolinarse alrededor de la victima, mientras esta hacía de todo menos cooperar. Reiji empezó a decir no sé qué de una apuesta que Datsue tenía conmigo. Obviamente iba a protestar, cuando dijo algo de que yo había ganado. No recordaba la apuesta, pero Reiji parecía de fiar si decía que yo había ganado algo.
— Eso, Datsue, me debes 100 ryos de la apuesta. Trae va, que te saco de ahí. Apartaos un poco.
Podían no hacerme caso, pero tras hacer una serie corta de sellos, el suelo alrededor de Datsue empezaría a elevarse y con que él ayudara un poco, a resquebrajarse para que pudiese salir sin problema.
Al mismo tiempo, y sin que ningún humano le prestase mucha atención, Datsuse estaría abalanzandose sobre mí. Sin embargo, lo que el felpudo dorado no sabía era que había alguien que comprendía sus instintos perrunos y que le doblaba o incluso triplicaba en tamaño y fuerza, ese alguien era el único y legendario Stuffy. Al ver las intenciones hostiles de Datsuse tuvo que interceptarlo, aunque fuese por joderle y que se quedase con la frustración, pero tenía que hacerlo.
Stuffy placó a Datsuse en el aire, quien voló hasta una silla cercana y chocó, haciendo un sonidito agudo que era más propio de un peluche que de un perro. Al caer, se levantó rápidamente y empezó a gruñir a Stuffy y a dar vueltas a su alrededor esperando el momento de abalanzarse, a lo que mi perro ni reaccionó, como si oyese llover.
— Hala, ya está. Ten más cuidado la próxima vez que te juegues algo conmigo, eh, musculitos.
Le di un par de palmaditas en la espalda mientras mantenía una mano extendida ante él esperando mis ryos.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)