5/09/2019, 03:24
El holograma asintió, satisfecho.
—Bien. Haré contacto nuevamente en el ocaso. Suerte, chicos.
Y Shanise, súbitamente, desapareció como si hubiesen girado el interruptor de una televisión.
De pronto, Ayame y Daruu quedaron sumidos en su propia soledad, con ahora cientos de interrogantes azotándoles en penitencia. También con algún resquemor entre ambos, quizás, por la reiterada falta de acuerdo en la toma de decisiones. Con sentimientos encontrados aflorando en un momento de gran vulnerabilidad. Los nervios atisbaban. Los momentos cumbres se aproximaban.
Todo podría terminar muy pronto, pero dependía de ellos el cómo: si bien, o mal.
—Bien. Haré contacto nuevamente en el ocaso. Suerte, chicos.
Y Shanise, súbitamente, desapareció como si hubiesen girado el interruptor de una televisión.
De pronto, Ayame y Daruu quedaron sumidos en su propia soledad, con ahora cientos de interrogantes azotándoles en penitencia. También con algún resquemor entre ambos, quizás, por la reiterada falta de acuerdo en la toma de decisiones. Con sentimientos encontrados aflorando en un momento de gran vulnerabilidad. Los nervios atisbaban. Los momentos cumbres se aproximaban.
Todo podría terminar muy pronto, pero dependía de ellos el cómo: si bien, o mal.