6/09/2019, 11:18
—Lo tendré, no te preocupes en absoluto —le sonrió Daruu, pero Ayame torció el gesto—. ¿Tienes un kunai, también? —añadió, sacando él mismo un kunai para marcarlo con su sangre.
Ayame hizo lo propio, pero antes de escribir su marca se quedó mirando el filo durante varios segundos, con gesto pensativo. Al final imitó el gesto de su compañero e intercambió las armas con Daruu.
—Además de poder invocarnos si nos necesitamos, con esto podremos saltar voluntariamente también a la posición del otro. Si llega un momento en el que estás muy en peligro, ven conmigo. Y yo haré lo mismo, ¿vale?
—Sí... —respondió ella, de forma vaga, guardando el kunai en su propio portaobjetos.
—Vamos, Shanise debe estar ya contactando con el Gentoushin. No la hagamos esperar[/color] —dijo Daruu, sentándose en el colchón de nuevo y Ayame le miró dubitativa mientras realizaba los sellos propios de la técnica de comunicación—. [sub=mediumseagreen]Un momento... ¿dijo en el amanecer o en el ocaso? Espera... pero... eh... ¿dijo...?
—¿No dijo... al ocaso? —preguntó, igual de confundida.
Por si acaso, terminó sentándose junto a Daruu en la misma posición que había adoptado la noche anterior y realizó los mismo sellos. Y poco después la figura de Shanise volvía a materializarse frente a los dos confundidos muchachos.
—Buenos días —saludó, y algo en su voz le indicó a Ayame que no estaba de buen humor.
—B... buenos días, Shanise-senpai.
—Hemos averiguado todo lo que nos fue posible, Ayame, y te hemos armado un croquis con el mayor detalle. De todas formas, no puedo asegurarte al cien por ciento que el mapa es fidedigno pues la data es muy antigua. Tendrás que comprobarlo tú misma allá afuera, en campo abierto.
Ayame volvió a torcer el gesto. Por si no tenía ya suficientes problemas, ahora tenía que lidiar con unos mapas anticuados de los que ni siquiera sabía si se podía fiar. Era maravilloso.
—Te lo podemos hacer llegar con un mensajero allá a Shinogi-To y podrías tenerlo para el mediodía, o puedes venir aquí a buscarlo con vuestra técnica. Como tú quieras.
Ella agachó ligeramente la cabeza.
—Estoy deseando empezar en cuanto antes, Shanise-senpai, pero creo que sería mejor que me los enviaran directamente, si no es mucha molestia —rebatió—. La técnica del teletransporte consume mucha energía y me deja exhausta para un rato, y dos saltos así para ir y volver me dejarían para el arrastre durante un buen tiempo como sucedió ayer. Y... la verdad, no puedo permitirme gastar tanta energía así.
Ayame hizo lo propio, pero antes de escribir su marca se quedó mirando el filo durante varios segundos, con gesto pensativo. Al final imitó el gesto de su compañero e intercambió las armas con Daruu.
—Además de poder invocarnos si nos necesitamos, con esto podremos saltar voluntariamente también a la posición del otro. Si llega un momento en el que estás muy en peligro, ven conmigo. Y yo haré lo mismo, ¿vale?
—Sí... —respondió ella, de forma vaga, guardando el kunai en su propio portaobjetos.
—Vamos, Shanise debe estar ya contactando con el Gentoushin. No la hagamos esperar[/color] —dijo Daruu, sentándose en el colchón de nuevo y Ayame le miró dubitativa mientras realizaba los sellos propios de la técnica de comunicación—. [sub=mediumseagreen]Un momento... ¿dijo en el amanecer o en el ocaso? Espera... pero... eh... ¿dijo...?
—¿No dijo... al ocaso? —preguntó, igual de confundida.
Por si acaso, terminó sentándose junto a Daruu en la misma posición que había adoptado la noche anterior y realizó los mismo sellos. Y poco después la figura de Shanise volvía a materializarse frente a los dos confundidos muchachos.
—Buenos días —saludó, y algo en su voz le indicó a Ayame que no estaba de buen humor.
—B... buenos días, Shanise-senpai.
—Hemos averiguado todo lo que nos fue posible, Ayame, y te hemos armado un croquis con el mayor detalle. De todas formas, no puedo asegurarte al cien por ciento que el mapa es fidedigno pues la data es muy antigua. Tendrás que comprobarlo tú misma allá afuera, en campo abierto.
Ayame volvió a torcer el gesto. Por si no tenía ya suficientes problemas, ahora tenía que lidiar con unos mapas anticuados de los que ni siquiera sabía si se podía fiar. Era maravilloso.
—Te lo podemos hacer llegar con un mensajero allá a Shinogi-To y podrías tenerlo para el mediodía, o puedes venir aquí a buscarlo con vuestra técnica. Como tú quieras.
Ella agachó ligeramente la cabeza.
—Estoy deseando empezar en cuanto antes, Shanise-senpai, pero creo que sería mejor que me los enviaran directamente, si no es mucha molestia —rebatió—. La técnica del teletransporte consume mucha energía y me deja exhausta para un rato, y dos saltos así para ir y volver me dejarían para el arrastre durante un buen tiempo como sucedió ayer. Y... la verdad, no puedo permitirme gastar tanta energía así.