7/09/2019, 23:18
—No podía soportar verte así. Esto que hago es un favor, Ayame. Un favor —respondió.
Y Ayame sintió que el corazón se le petrificaba en el pecho
«Un... favor... Entonces no ha sido porque me reconociera...» Pensó, hundiendo los hombros.
—Pero pase lo que pase —continuó hablando, al tiempo que se daba la vuelta—, ahora no me falles. Si vas a querer hacerlo tú, no te dejes cegar por la venganza. Y no esperes que no intente acabar con esa mala víbora directamente en mi presentación. Como te dije, me reservo el derecho al primer contacto. No creo que Naia se deje vencer así como así con una simple treta, entonces será cuando te toque a ti. Pero intentaré hacer todo el daño posible. Esto no es ningún juego, Ayame —añadió, como si no le hubiese quedado del todo claro después de todo lo ocurrido con aquel opulento mercader y con Nioka—. Aquí no hay nada que demostrar. Tu valía no sirve para obtener premio alguno, ni palmadas en la espalda. Tu valía será lo que te haga vivir o morir —Daruu se acercó a Ayame, hasta que prácticamente su nariz rozó su frente y su aliento le hizo cosquillas en las mejillas —. ¿Estás segura de que podrás imitar a mi madre? Hay facetas de ella que dudo que conozcas.
Ella suspiró y dejó escapar una risilla nerviosa.
—Tampoco es que me vaya a ir a tomar el té con Naia —argumentó—. Confío en que su simple visión la ponga nerviosa, o al menos levante sus alarmas. Aparte de eso, creo que conozco lo suficiente a tu madre como para actuar como ella, ¡la conozco desde hace años!
Y Ayame sintió que el corazón se le petrificaba en el pecho
«Un... favor... Entonces no ha sido porque me reconociera...» Pensó, hundiendo los hombros.
—Pero pase lo que pase —continuó hablando, al tiempo que se daba la vuelta—, ahora no me falles. Si vas a querer hacerlo tú, no te dejes cegar por la venganza. Y no esperes que no intente acabar con esa mala víbora directamente en mi presentación. Como te dije, me reservo el derecho al primer contacto. No creo que Naia se deje vencer así como así con una simple treta, entonces será cuando te toque a ti. Pero intentaré hacer todo el daño posible. Esto no es ningún juego, Ayame —añadió, como si no le hubiese quedado del todo claro después de todo lo ocurrido con aquel opulento mercader y con Nioka—. Aquí no hay nada que demostrar. Tu valía no sirve para obtener premio alguno, ni palmadas en la espalda. Tu valía será lo que te haga vivir o morir —Daruu se acercó a Ayame, hasta que prácticamente su nariz rozó su frente y su aliento le hizo cosquillas en las mejillas —. ¿Estás segura de que podrás imitar a mi madre? Hay facetas de ella que dudo que conozcas.
Ella suspiró y dejó escapar una risilla nerviosa.
—Tampoco es que me vaya a ir a tomar el té con Naia —argumentó—. Confío en que su simple visión la ponga nerviosa, o al menos levante sus alarmas. Aparte de eso, creo que conozco lo suficiente a tu madre como para actuar como ella, ¡la conozco desde hace años!