8/09/2019, 01:47
Ah, ¡cómo le gustaba sacar a pasear su poder! Datsue no se lo reprochaba, no obstante. De él tenerlo, lo haría a todas horas por puro regodeo. Pero, en aquella ocasión, fue todavía más allá. El aire a su alrededor se calentó tanto que le costaba respirar, como si estuviese en una sauna con demasiado vapor. ¡El mismísimo suelo se había vuelto a prender! Y…
—¡Auch! P-perdón… —se excusó, tras chocar contra él. ¡Ni lo había movido! Tenía un cuerpo bastante normalillo, pero de alguna forma era una auténtica mole. Una mole ardiente e incombustible que parecía no tener límite. ¿Recuerdan esa pizca de miedo y nervios que Datsue sentió antes?
Bueno, pues empezaban a multiplicarse. Provocarle no había sido la mejor de sus ideas, desde luego.
Y, entonces, llegó la bomba.
—¿Que QUÉ? —Silencio. Su mente repitiendo las palabras del Uzukage. Una por una. Como si formasen un intrincado rompecabezas al que tuviese que darle forma y orden. Porque estaba claro que, dichas tal cual, no tenían sentido—. ¿Una cita con…?
Estuvo a punto de partirse en dos de la risa, si no fuese porque justo en ese momento vio la cara de tremenda seriedad —de mala leche, incluso— de Hanabi.
—Esto… Ehm… Lo… ¿¡Lo dice en serio!? —«Una cita con… ¿¡esa pedazo de víbora!?»
Hacía tiempo, Datsue había tenido una idea loca. Meses atrás, cuando hizo las paces con Ayame, había transmitido sus ganas de retarse en duelo con Yui. Sabía que tendría difícil que Hanabi le diese permiso, y justo en ese momento, lo recordó. Recordó que ellos habían quedado en tener un combate algún día. Y que Hanabi estaba muy entusiasmado con la idea. ¿Por qué no apostar el permiso para librar dicho duelo? Estaba convencido de que aceptaría.
Seguramente porque todavía lo tenía en el subconsciente, había propuesto aquel juego. No obstante, tras probar en sus carnes la Hoja de Shiomaru, y verse candidato a Uzukage, Datsue había desechado definitivamente aquella idea. No más venganzas estúpidas. No más líos. Pero una cosa era pasar página, y otra muy distinta tener una cita con una de las personas que más repudiaba en aquel mundo.
Fue entonces cuando lo decidió...
—Trato —Datsue tendió una mano para estrechársela.
Decidió que no iba a perder.
—Vaya pensando en un sitio bonito donde invitarla, Hanabi-sama. Porque antes me arranco un ojo a tener una cita con Yui.
—¡Auch! P-perdón… —se excusó, tras chocar contra él. ¡Ni lo había movido! Tenía un cuerpo bastante normalillo, pero de alguna forma era una auténtica mole. Una mole ardiente e incombustible que parecía no tener límite. ¿Recuerdan esa pizca de miedo y nervios que Datsue sentió antes?
Bueno, pues empezaban a multiplicarse. Provocarle no había sido la mejor de sus ideas, desde luego.
Y, entonces, llegó la bomba.
—¿Que QUÉ? —Silencio. Su mente repitiendo las palabras del Uzukage. Una por una. Como si formasen un intrincado rompecabezas al que tuviese que darle forma y orden. Porque estaba claro que, dichas tal cual, no tenían sentido—. ¿Una cita con…?
Estuvo a punto de partirse en dos de la risa, si no fuese porque justo en ese momento vio la cara de tremenda seriedad —de mala leche, incluso— de Hanabi.
—Esto… Ehm… Lo… ¿¡Lo dice en serio!? —«Una cita con… ¿¡esa pedazo de víbora!?»
Hacía tiempo, Datsue había tenido una idea loca. Meses atrás, cuando hizo las paces con Ayame, había transmitido sus ganas de retarse en duelo con Yui. Sabía que tendría difícil que Hanabi le diese permiso, y justo en ese momento, lo recordó. Recordó que ellos habían quedado en tener un combate algún día. Y que Hanabi estaba muy entusiasmado con la idea. ¿Por qué no apostar el permiso para librar dicho duelo? Estaba convencido de que aceptaría.
Seguramente porque todavía lo tenía en el subconsciente, había propuesto aquel juego. No obstante, tras probar en sus carnes la Hoja de Shiomaru, y verse candidato a Uzukage, Datsue había desechado definitivamente aquella idea. No más venganzas estúpidas. No más líos. Pero una cosa era pasar página, y otra muy distinta tener una cita con una de las personas que más repudiaba en aquel mundo.
Fue entonces cuando lo decidió...
—Trato —Datsue tendió una mano para estrechársela.
Decidió que no iba a perder.
—Vaya pensando en un sitio bonito donde invitarla, Hanabi-sama. Porque antes me arranco un ojo a tener una cita con Yui.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado